El último eslabón que te conecta a la sociedad

Tal y como planteaba la Federación Española de Municipios en su «Plan Estratégico para el siglo XXI», en un Estado descentralizado como el nuestro, la respuesta rápida y efectiva a las demandas y necesidades de los ciudadanos requiere de la consecución de un elevado nivel de cooperación y colaboración entre las Administraciones Públicas y, también, entre éstas y la sociedad civil. Cooperación y colaboración.

A mi entender, si queremos que este modelo funcione, la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas, las Diputaciones y los Ayuntamientos debemos ser capaces de entendernos y colaborar, conformando un Estado que podríamos denominar «cooperativo». La cooperación pasaría por conseguir para los municipios una adecuada dotación de medios materiales y financieros adaptada a sus necesidades que, obviamente, deberían facilitar el resto de administraciones supramunicipales.

Pero vayamos a lo concreto. Una de las líneas estratégicas de mi recién creado equipo de gobierno local es la colaboración tanto con los agentes privados como con la ciudadanía. Por una parte, nuestra apuesta por la colaboración e involucración del ciudadano en la gestión municipal se canaliza a través de la creación de la figura del síndico de barrio, un concejal responsable de cada zona que mantiene contacto directo con el vecino. Es decir, somos el último eslabón de la cadena para solucionar los problemas de los ciudadanos.

En cuanto a la colaboración público-privada, se concreta en un proyecto de centro de comercial abierto para nuestra ciudad, con el que pretendemos revitalizar el comercio local, además de crear un ambiente agradable en nuestras calles que invite a pasear por ellas, a consumir en nuestros establecimientos. Se trata, en definitiva, de «fer poble», «hacer pueblo».

Otro de nuestros proyectos basado en la colaboración público-privada es la promoción de una mesa de turismo en la que los agentes sociales implicados participen decisivamente en la estrategia a desarrollar en este sector, fundamental para nuestro municipio. En este ámbito hemos iniciado un nuevo recorrido con el que pretendemos recuperar cuestiones que históricamente nos han posicionado en el mercado turístico como son nuestra gastronomía y nuestro patrimonio histórico.

Personalmente, me he dedicado siempre, ya que se dedicaba mi familia, a la industria de la felicidad, que tiene como eje primordial al turista, al visitante. Es por ello que, ahora, desde otra perspectiva y contando con mi bagaje profesional, el eje de mi acción política va a ser ese mismo, el ciudadano.

El sector turístico ha sido y es el motor económico de la provincia, de la comunidad autónoma y del país. En este ámbito se han desarrollado muchas innovaciones, se ha puesto el producto en valor, se han gestionado eficientemente los recursos, se ha estudiado y planificado la estrategia desde un enfoque optimizador. Además de un sinfín de «políticas» empresariales dirigidas a un único objetivo, el cliente.

Creo que este conocimiento y experiencia personales, junto con los de mi equipo, puestos al servicio del interés público, con el apoyo de un equipo alineado, una estrategia transversal y un objetivo definido, nos puede permitir conseguir una gestión local que garantice unos servicios públicos adecuados en un municipio atractivo, moderno, limpio y seguro. Este es nuestro reto para esta legislatura que acabamos de estrenar.

Para finalizar, me gustaría volver al inicio a través de una convicción personal. Lo que realmente soluciona los problemas de los ciudadanos son las pequeñas cosas del día a día. Hablar de municipalismo es hablar de la esencia de la política, del último eslabón, del eslabón que te encadena a la sociedad y a sus problemas e inquietudes. Y para eso se requiere cooperación y colaboración.