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Segunda RFEF | Jornada 29

Carlos David echa una mano al Murcia

►Un inocente penalti del central extremeño en el minuto 98 priva de la recompensa de la victoria a un Hércules que pasó el 90% del partido defendiendo en su campo ►Galán desperdició una pena máxima dos minutos después de que Miguélez marcara el 0-1

Acuña se lamenta después de que el Hércules, por mediación de Galán, fallara un penalti a los 6 minutos de partido.

Es el día. Grada bulliciosa. Campo imponente. Miras a la gente en sus butacas mientras calientas y el corazón se te acelera. La sonoridad de la Condomina resulta hipnótica. Te sientes futbolista. Uno bueno. Ambiente de superior categoría. Empieza el partido y marcas. Sigue el partido, y penalti. Tres meses sin ver puerta lejos de casa y en apenas seis minutos tienes ante ti la ocasión de sentenciar. Bendito mundo de locos. Te abrazas al compañero, lo festejas antes de lanzar. Los especialistas no están presentes y Galán coge la pelota con decisión. Le dice a los demás, dejadme, estoy bien, es mía. Mira el punto que marca los 11 metros y algo no le gusta. Demasiada cal.

Trata de eliminar el sobrante con la bota. Mientras, Serna, bajo palos, no le quita ojo, no deja de mirarle, le busca inquisitivo. Cuando Borja por fin coloca la bola a su gusto toma un impulso mínimo esquivando los ojos del portero grana. Hoy es el día, se repite cuando arranca. Trota hacia el balón y golpea... Lo hace sin fe, sin dirección y sin fuerza... Adiós a la grandeza, al alivio, a la posibilidad de vivir un «clásico» a placer. La historia pesarosa de los clubes no se sacude así como así.

El Hércules desperdició ayer una buena oportunidad de dejar casi asegurada la promoción, de enfilar el camino largo hacia la Primera RFEF con pausa, con detenimiento, sin desagrado, sin esas urgencias que arrastra la incertidumbre, esas malsanas que siempre complican el paseo. Se quedó a tres segundos de lograrlo.

Fue por una mano de su mejor defensa, del hombre que había salvado tres remates claros de los atacantes murcianos, del central que aparece milagrosamente donde los demás compañeros se difuminan. Carlos David levantó en exceso el brazo, inexplicablemente, en el último saque de esquina a favor del Real Murcia, en la acción que cerraba el choque y, como un imán atómico, el cuero se le pegó a las uñas. 

FIN DE UNA RACHA IMPOSIBLE

El Hércules vuelve a marcar a domicilio 3 meses después

►El Hércules no marcaba a domicilio desde el pasado 9 de enero, cuando Diego Jiménez le dio los tres puntos a los blanquiazules en Marchamalo. Desde ese día, que el Hércules se proclamó campeón de invierno, los alicantinos no habían sido capaces de hacer un gol lejos del Rico Pérez en la segunda vuelta.

EL DATO

Segundo tanto de Pau Miguélez en el último mes de competición  

►El delantero blanquiazul anotó su segundo gol con el Hércules. El atacante cántabro, que ayer sumó su tercera titularidad, la segunda consecutiva, marcó el tanto más rápido de los alicantinos esta temporada a domicilio. El primero se lo hizo a El Ejido.


El rugido desde los vomitorios sonó a explosión y el colegiado, que cinco minutos antes le había perdonado una pena máxima al Hércules por empujón de Elliot a Santi Jara, muy claro, no dudó e hizo justicia. Carrasco pasó por el mismo trance que Galán al principio, pero el delantero grana no se arrugó pese a soportar una presión bastante distinta. Sin titubear, firme, con el interior del pie, engañó a Adrián en su mejor encuentro como blanquiazul y certificó el empate, un resultado que no contenta por completo a nadie, pero que tampoco perjudica... desde un enfoque matemático.

El Hércules se plantó mejor sobre el césped. Concentrado, tenso, fuerte, atento. Aprovechó un despiste en la salida de la pelota de la defensa murcianista para que, con parte del público sin acomodar, Borja Galán enviara un centro al área que Miguélez, en dos tiempos, acertó a controlar. Definió a la media vuelta, magníficamente. Su tanto, el segundo en el último mes, eliminó de la ecuación la gravedad del derbi y se la traspasó de golpe al Real Murcia.

El extremo argentino Horacio Moyano, que vistió las camisetas de Hércules y Real Murcia en los ochenta, fue homenajeado al comienzo. CISCO

Cuando 120 segundos después, el Hércules, con todo a favor, perdonó la vida a su oponente, se abrió la puerta al despropósito, que acaba colándose si te empeñas en invitarle a entrar.

El equipo de Mora fue cediendo terreno, desvirtuando su presión en bloque alto, replegando poco a poco hasta pasar cada vez más tiempo cerca de su propia área, sin inquietar, sin provocar daño a la contra. Carrasco, en un exceso de celo, evitó un remate muy claro de Armando justo al final de la primera parte. La maldición de los ex es una amenaza crónica. El otro que podía perpetuarla, Drenthe, no entró en la convocatoria porque no cuenta para Simón, que maniobró en la reanudación para agudizar la sensación de superioridad local.

Retiró al mediocentro con pasado herculano y también a Pablo Haro, consciente de que la propuesta blanquiazul no iba a ser la de ir con decisión a por el partido. Introdujo a Santi Jara y Saura, dos piezas ofensivas de enorme calidad, y su concurso fue clave. Con ellos, el Real Murcia hundió definitivamente a los alicantinos, que se dedicaron a resistir sin pasar excesivos apuros, cerrando espacios muy lejos del centro del campo, a mucha distancia del gol, excesiva.

Tres intervenciones soberbias de Adrián evitaron el empate murcianista antes de la última acción del derbi

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El preparador blanquiazul desactivó bien la ofensiva grana y apuntaló el sistema de contención por el único punto por el que flaqueaba: la derecha. Sacrificó a José, escoró a Diego para tapar al sueco Zeidane, el mejor de los murcianos, el más veloz, el más rápido armando la pierna, y colocó a Tano en el eje de la zaga. Agotó los cambios a 10 minutos del final para reforzar la tarea de destrucción y se quedó a escasos tres segundos de que el ejercicio de renuncia ofensiva le saliera bien.

No ocurrió, o no del todo. Con más del 90% del tiempo en su propio campo, el Hércules solo generó una ocasión en una acción aislada en la que participaron sus dos laterales. Álex centró desde la izquierda y Diego Jiménez, llegando desde atrás, no remató por muy poco. Ahí se extinguió el peligro blanquiazul, que siguió batallando para impedir las intervenciones de Adrián quien, a pesar de ello, tuvo que actuar tres veces de manera notable, brillante, con mano dura abajo. Salvó a su equipo mientras dependió de él. Parar un penalti es más demérito del lanzador que acierto del portero. Una pena. Desperdiciar el tiempo a borbotones, queriendo o sin querer, a veces no te sale a cuenta.

LA FICHA TÉCNICA

►REAL MURCIA (1): Serna, Mario Sánchez, Manu, Armando (Santi Jara, 46´), Carrasco, Pablo Haro (Javi Saura, 46´), Alberto, Julio Gracia (Boris, 78´), Alberto González, Pablo Ganet (Dani García, 84´) y Zeidane Innousa.

►HÉRCULES (1): Adrián López, José Fernández (Tano, 65´), Carlos David, Diego Jiménez, Álex Martínez, César Moreno, Borja Díaz, Pau Miguélez (Elliot, 79´), Nico Espinosa (Mario Ortiz, 79´), Borja Galán (Chuli, 58´) y Acuña (Raúl González, 58´).

GOLES: 0-1, Min. 4: Pau Miguélez. 1-1, Min. 99: Carrasco (de penalti). 

ÁRBITRO:  Álvaro Rodríguez Recio (colegio madrileño). T. Amarillas: a Mario Sánchez, del Real Murcia; y a Nico Espinosa, Diego Jiménez y César Moreno, del Hércules.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 29ª jornada de Liga en el grupo 5 de Segunda RFEF disputado en el Enrique Roca (Nueva Condomina) ante 8.329 espectadores, cerca de un millar procedentes de Alicante. El extremo argentino Horacio Moyano, que vistió las dos camisetas en los años 80, realizó el saque de honor antes del «clásico».

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