El regreso al trabajo en el Hércules —marcado por la lluvia y las ausencias en la sesión de Pedro Sánchez y Mario Ortiz, que todavía sigue pendiente de la prueba médica que determine la gravedad de su probable rotura fibrilar—, ha reunido en Fontcalent a la plantilla tras la jornada de descanso 48 horas después de firmar uno de los peores partidos de la temporada, en el que volvieron a escaparse dos puntos del Rico Pérez.

A pesar del malestar general por el nivel exhibido frente al Melilla, muy por debajo del que se espera de un equipo que aspira al ascenso, en el seno del vestuario se continúa confiando que el objetivo es accesible. Diego Jiménez, la voz que más se está repitiendo estas semanas grises para representar al plantel, asegura que no está satisfecho con la posición que ocupan los alicantinos en la tabla clasificatoria, pero rápidamente suavizó el discurso subrayando que aún continúan con todas las opciones de lograr el objetivo del ascenso.

«Confío desde el día uno en este equipo. Hay dos vías para lo que buscamos y estamos en la pelea», vuelve a recordar, siete días después, en alusión a la clasificación para la promoción, que no está garantizada a pesar de disponer de un colchón de seguridad de 4 puntos, los que le separan ahora del Eldense, que es quien está más cerca de asaltar la zona de «play-off».

El central zamorano recordó que, a excepción de los dos primeros, todos los equipos «hemos tenido rachas buenas y malas» e insistió en que al Hércules le queda un mes de competición «para cerrar el primer objetivo y luego dar lo mejor de nosotros».

El jugador castellano y leonés pidió a sus compañeros centrarse exclusivamente en el duelo ante el Águilas del domingo (en el El Rubial, a las 18 horas), un rival que recordó que ha sido capaz de ganar a La Nucía y Eldense, dos rivales directos en la pelea por subir a la Primera RFEF.

«Será un rival difícil porque está en una buena dinámica. Si no estamos bien, sufriremos», comentó Diego Jiménez, quien anunció que, pese a la situación clasificatoria de los siguientes adversarios, algunos ya descendidos, «todos los partidos serán complicados».

«Todo el mundo se juega cosas y tratará de hacerlo lo mejor posible. Los jugadores son profesionales y buscarán nuevos contratos», explicó el segundo futbolista con más minutos en el equipo, que quiso recordar en su alocución que, acabe en el puesto que acabe, el Hércules «será un equipo al que nadie quiera enfrentarse en la fase de ascenso y más si lo hace como local».

Jiménez admitió que le hubiera gustado estar, a estas alturas del curso, ya clasificado o en disposición de pelear la primera plaza. «Me da envidia sana», valoró en alusión al Intercity, el otro club de la capital, aunque incidió en que lo que le toca al Hércules, lo único se puede hacer ahora es «centrarse en adelantar camino para cerrar la fase regular lo más arriba posible» para partir con ventaja en caso de que las eliminatorias lleguen a la prórroga, dado que, al suprimirse los penaltis, avanza quien mejor haya concluido al final de las 34 jornadas.