Segunda RFEF

El fracaso deportivo del Hércules desata la ira de la grada en contra de Enrique Ortiz

La undécima derrota de los alicantinos en Liga, la segunda seguida en casa ante un rival en descenso, deja al equipo sin objetivos ►Cientos de personas vuelven a pedir la salida del empresario y su familia de la SAD antes y después del partido

Pedro Rojas

Pedro Rojas

Situación límite, insostenible, inviable. El Hércules lleva cosido el fracaso a la piel. No puede librarse del desastre, de la mancha de impotencia y frustración que le tapa entero, que pesa una tonelada, que le aplasta el alma y le tiene al borde de la implosión en todo momento. Bastó un zapatazo desde fuera del área de un jugador, Portu, que pelea con su equipo por no caer a Tercera RFEF, para dinamitar una idea futbolística indefendible que corroboró su hundimiento letal cuando su entrenador, «desesperado», confió los instantes decisivos a dos futbolistas defenestrados por él mismo: Ander Vitoria y Sergio Marcos, dos de los tres activos tóxicos de un proyecto fallido casi desde el origen, otro más.

Protestas fuera del Rico Pérez después del partido ante el Alzira

Alex Domínguez

La undécima derrota del curso, la segunda consecutiva en casa, ambas frente a rivales atrapados en la parte más baja de la clasificación, Olot y Alzira, terminó desembocando en otro instante de tensión dentro del estadio que finalmente no pasó a mayores por la rápida intervención de la Policía Nacional y los miembros de la seguridad privada contratada por la SAD blanquiazul.

Tras otros 90 minutos de irrelevancia ofensiva, de ataque a ráfagas, sin base fiable; después de asistir con incredulidad y resignación a cómo el adversario, sin otra fortaleza que sus ganas de ganar, con un mínimo rigor táctico y una dosis bastante precaria de circulación de la pelota, volvía a llevarse los tres puntos, una parte de la grada se hartó y decidió actuar.

Un grupo de personas ubicadas en el emplazamiento de la peña Curva Sur salta al campo tras el pitido final para mostrar su malestar por el enésimo fracaso

Un grupo de aficionados ubicados en el emplazamiento en el que se sitúan los integrantes de la peña Curva Sur saltó al césped tras el pitido final decididos a llegar hasta los futbolistas, que en ese instante eran animados por las Fuerzas de Seguridad a tomar cuanto antes el túnel de vestuarios para evitar posibles percances. El tumulto se fue apagando tras la estampida inicial y dos jugadores, el capitán Raúl Ruiz y el canterano Jean Paul, permanecieron en la hierba para apaciguar y oír a quienes habían llegado hasta la zona de banquillos.

No pasó a mayores. Tampoco en las inmediaciones del palco de autoridades, donde no se registraron incidentes esta vez. Los agentes y los responsables de la empresa contratada para controlar la grada los días de partido actuaron con celeridad y se anticiparon a una posible medida de protesta similar a la acaecida tras la goleada del Lleida en la primera vuelta.

Medio millar de hinchas se reúne en la Puerta 0 para elevar el nivel de protesta contra todos los estamentos del club

El cabreo al final del quinto pinchazo del conjunto alicantino en su estadio se trasladó a la Puerta 0, donde, en un primer momento, medio millar de hinchas se apostaron frente al patio de caballos para proseguir con una protesta que había comenzado media hora antes del arranque del choque. En la manifestación organizada por la plataforma Podemos Recuperarlo, más de 300 personas marcharon detrás de una pancarta con un mensaje directo: ¡Familia Ortiz, fuera del Hércules!

Ese medio millar congregado a las puertas del Rico Pérez dirigió su protesta contra los diferentes estamentos del club, todos ellos personalizados en la figura del empresario dueño de la SAD, al que se responsabiliza de un fracaso sin precedentes en la conmemoración del siglo de existencia de la entidad.

Una hora después, aún quedaban aficionados haciendo ver a los futbolistas su incontenible malestar mientras estos iban abandonando el recinto en sus propios vehículos favorecidos por la vigilancia de la Policía, que mantuvo el orden público en otra jornada negra para la centenaria historia de una institución en derribo.

EL ACTA ARBITRAL

Mientras todo esto ocurría, el colegiado Julián Pérez Guimera, encargado de dirigir la contienda, redactó en su acta, que tardó en hacer llegar telemáticamente al Comité Técnico de Árbitros (CTA) debido a todo lo sucedido tras el pitido final, el siguiente texto: "Al término del partido, unos aficionados de un sector de la grada que portaban emblemas propios del Hércules CF, entraron al terreno de juego con capuchas y pasamontañas, con clara intención de ir hacia donde nos encontrábamos jugadores y árbitros, nos fuimos a vestuarios rápidamente para evitar que llegarán hasta nosotros, teniendo que intervenir las fuerzas de orden público para controlar la situación como así fue, sin mayores incidentes". En función del atestado que levante la Policía fruto de los hechos, Antiviolencia podría fijar una sanción para la entidad blanquiazul, bien económica, bien administrativa (cierre del estadio).