Por fin Luceros vibra de nuevo

Una marea blanquiazul esperaba entre banderas, cánticos, petardos y bengalas a los protagonistas del ascenso del Hércules a 1ª RFEF en la emblemática fuente 

El equipo, al igual que su afición, mostró su ilusión y alegría en todo momento.

El equipo, al igual que su afición, mostró su ilusión y alegría en todo momento. / Jose Navarro

Miriam Vázquez

Miriam Vázquez

Euforia, emoción e ilusión son algunas de las sensaciones que se podían sentir tras la victoria, y a todo ello se sumaban las ganas de celebrar y disfrutar este logro. Por tanto, el ambiente en la Plaza de los Luceros se puede describir como inigualable: más de 20.000 personas expectantes, una marea blanquiazul que esperaba a los protagonistas del ascenso del Hércules a 1ª RFEF.

Los aficionados recibieron a los jugadores entre bufandas, cánticos, bengalas y petardos. Y es que, por fin, la emblemática Plaza de los Luceros volvió a vibrar festejando el ascenso del equipo de la ciudad, 14 años después. Sin duda, un triunfo muy esperado por todos y, por supuesto, había que festejarlo como se merecía. 

Los aficionados esperaron entre petardos y bengalas.

Los aficionados esperaron entre petardos y bengalas. / Áxel Álvarez

Las banderas ondeaban al viento, los cánticos resonaban y las sonrisas iluminaban los rostros de los presentes. El equipo, que llegó en un autocar descapotable sobre las 17:00 horas hizo su entrada triunfal en la plaza. Después, los jugadores saludaron a los asistentes y uno a uno subieron a una tarima especialmente montada para la ocasión, recibiendo el aplauso de la multitud.

Los jugadores saludaron a los allí presentes.

Los jugadores saludaron a los allí presentes. / Jose Navarro

El speaker del club, Mister Barceló, se convirtió en el conductor de la fiesta, animando a los presentes y dando la bienvenida a cada miembro de la plantilla. Fue un desfile de emociones: desde la euforia desbordante al ver a los ídolos de cerca, hasta las lágrimas de alegría al recordar el arduo camino que llevó al equipo hasta ese momento.

Los capitanes se adentraron en la fuente.

Los capitanes se adentraron en la fuente. / Jose Navarro

Las estrellas del equipo fueron recibidas con ovaciones particulares. Alvarito, el alma del equipo, irradiaba carisma y cercanía. Samu Vázquez, con su garra y entrega, era aclamado como un héroe. Y Carlos Abad, el portero que obró milagros sobre el césped, recibió el reconocimiento que merecía.

Una celebración a la altura

Los jugadores, al igual que su afición, mostraron su ilusión en todo momento. Asimismo, los capitanes Nico Espinosa y Carlos Abad no pudieron resistirse a pisar el monumento de Luceros y se adentraron en el agua de la fuente para atar dos bufandas. 

Los aficionados esperaron entre petardos y bengalas.

Los aficionados esperaron entre petardos y bengalas. / Áxel Álvarez

Al finalizar el acto, el equipo dio otra vuelta de honor, saludando y firmando a los allí presentes. Pero, la celebración no terminó aquí, el martes siguió la fiesta con el recibimiento en el Ayuntamiento de Alicante.