Represión en Rusia

Yevgueni Prigozhin, el último crítico de Putin que muere en extrañas circunstancias

El fundador del grupo Wagner pasa a engrosar la larga lista de opositores al régimen putinista que han sido asesinados a lo largo de las dos últimas décadas

Yevgueni Prigozhin, en una imagen de archivo.

Yevgueni Prigozhin, en una imagen de archivo. / EP

Carles Planas Bou

"No quieren que Wagner exista". El pasado 22 de febrero, el líder mercenario Yevgueni Prigozhin publicó un vídeo en el que mostraba los cadáveres de sus soldados e insultaba al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, por la "total hambruna de municiones" de sus hombres. Su tensa relación con el mando político y militar de Rusia estalló el 23 de junio cuando inició una insurrección armada que puso rumbo a Moscú. Tras desempeñar un rol fundamental en la guerra contra Ucrania, el cabecilla de la milicia logró impulsar la mayor amenaza contra Vladímir Putin en sus más de dos décadas al poder. El arma del Kremlin se había vuelto en su contra.

El motín fracasó. Prigozhin llegó a un acuerdo para exiliarse en la vecina Bielorrusia y Putin prometió indultar a los insurrectos, a quiénes tildó de traidores. Sin embargo, dos meses después de la marcha armada, la cúpula de Wagner falleció este miércoles en Rusia tras estrellarse el avión en el que viajaban, asestando un duro golpe a la organización paramilitar.

La agencia de aviación civil rusa, Rosaviatsia, aseguró haber "iniciado una investigación" para esclarecer un caso aún plagado de interrogantes. Las fuerzas de seguridad del Estado, según han apuntado al diario RBC, estarían investigando tres posibles causas: un fallo de pilotaje, un problema técnico o una intervención exterior. Otros medios rusos como Meduza, sin embargo, apuntan a la tercera opción e investigan si el derribo del avión podría haberse producido en un ataque con misiles o a través de bombas colocadas en el interior del aeronave.

Opositores asesinados

Tanto los círculos wagneritas como desde Ucrania aseguran que detrás del derribo está la mano negra de Putin. Sea como sea, el suceso pasa a engrosar la larga lista de opositores al régimen putinista que han sido asesinados a lo largo de las dos últimas décadas. Una lista que incluye altos cargos de su Gobierno, rivales políticos, empresarios, antiguos espías, abogados contra la corrupción, activistas de los derechos humanos y periodistas críticos con el Kremlin.

"Putin no se ha convertido en un dictador de la noche a la mañana", explicó el año pasado la esposa de Vladímir Kará-Murzá, líder opositor envenenado en 2015 y 2017 que el pasado abril fue condenado a 25 años de cárcel por cargos de alta traición y por criticar al ejército ruso. "Lleva años y años oprimiendo, metiendo en la cárcel, envenenando y matando a sus opositores".

Estas son algunas de las víctimas mortales más conocidas:

1. Boris Nemtsov (2015)

Boris Nemtsov fue viceprimer ministro ruso durante el mandato de Boris Yeltsin e incluso sonó como su posible sustituto. Putin ocupó ese lugar y Nemtsov se convirtió en el líder de la oposición y en un prominente crítico del presidente ruso, al que acusó de estar sobornado por los oligarcas del país. En 2015 fue tiroteado por la espalda cerca del Kremlin cuando se dirigía a casa. Putin tomó personalmente el control de la investigación.

Otros cargos políticos ejecutados fueron Mikhail Lesin (2015), antiguo ministro de prensa y fundador de Russia Today, y Sergei Yushenkov (2003), coronel reconvertido en político que acusó al líder ruso de estar detrás de los atentados de 1999 que precipitaron la segunda guerra chechena y certificaron el ascenso al poder de Putin.

2. Anna Politkovskaya (2006)

Anna Politkovskaya, periodista de Novaya Gazeta, investigó y documentó de forma extensiva los abusos perpetrados por el ejército ruso en Chechenia. En su libro 'La Rusia de Putin' acusaba al dirigente de haber convertido Rusia en un estado policial.

En 2006 fue abatida a tiros en el ascensor de su casa. Cinco personas fueron condenadas por una ejecución a sueldo por la que se pagó 150.000 dólares. Se desconoce quién encargó su asesinato.

Similar es la muerte de Natalia Estemirova (2009), reportera que también explicó la represión sobre los civiles chechenos. Fue secuestrada y tiroteada. Su cuerpo fue arrojado al bosque. Nadie fue condenado.

3. Alexander Litvinenko (2006)

Alexander Litvinenko era un antiguo miembro del KGB que dio la espalda a Putin. Exiliado en el Reino Unido, acusó al líder del Kremlin de estar detrás de los atentados de 1999 y de ordenar la ejecución de Politkovskaya. En 2006 murió tres semanas después de beber una taza de té con polonio 210, un componente químico altamente tóxico que desintegró sus órganos. Un tribunal británico dictaminó que Litvinenko fue enveneado por agentes de la agencia de espionaje FSB, que actuaron siguiendo órdenes "probablemente aprobadas" por Putin.

4. Boris Berezovsky (2013)

El poderoso oligarca Boris Berezovsky, muy influyente durante la era Yeltsin, fue uno de los principales impulsores de Putin. Sin embargo, no logró mantener su influencia sobre el presidente. Molesto con él, se exilió en Reino Unido, desde donde acusó al Kremlin de envenenar a Litvinenko e incluso amenazó con derrocar el régimen putinista por la fuerza. En 2013 fue encontrado muerto en el baño de su hogar con una soga en el cuello. Aunque pareció un suicidio, los forenses no pudieron explicar la causa real de su muerte.

Desde el año pasado, medio centenar de funcionarios y emprearios rusos han fallecido en circunstancias sospechosas. Es el caso de Ravil Maganov, presidente de la petrolera Lukoil, que murió en septiembre tras pretipitarse por la ventana del hospital en el que estaba ingresado. Maganov había tildado la invasión de Ucrania de "tragedia". En diciembre, el empresario salchichero Pavel Antov falleció de la misma forma tras criticar la guerra de Putin.

5. Stanislav Markelov y Anastasia Baburova (2009)

El abogado Stanislav Markelov representaba a Politkovskaya y a otros periodistas críticos con Putin. Él y la reportera Anastasia Baburova fueron tiroteados el año 2009 cerca del Kremlin por un hombre enmascarado. El también abogado Sergei Magnitsky murió ese mismo año tras ser brutalmente apalizado bajo custodia policial. Había sido detenido tras descubrir evidencias que la policía había orquestado un caso de fraude fiscal que habían imputado a su defendido, el empresario británico-estadounidense William Browder.