Elecciones regionales

La derecha y ultraderecha alemana miden sus fuerzas en Baviera

La CSU y su socio Electores Libres aspiran a reeditar su coalición en unos comicios para los que las encuestas sitúan en última posición a la socialdemocracia de Olaf Scholz.

Friedich Merz.

Friedich Merz. / EFE

Gemma Casadevall

"¡Expulsión, expulsión, expulsión!", clama el líder del ultraconservador y regionalista partido bávaro de los Electores LibresHubert Aiwanger, ante miles de seguidores concentrados en una carpa cervecera de Mainburg, en Baviera. Se refiere como expulsables a los solicitantes de asilo sin perspectivas de ser reconocidos como tales pero que “de algún modo llegaron a Alemania y aquí se han quedado”. Aiwanger es el líder del actual socio de coalición de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el partido que lleva décadas liderando todos los ejecutivos de ese próspero 'Land'. “Nosotros somos la continuidad y la prosperidad”, sostiene por su parte Markus Söder, el primer ministro de Baviera y líder de la CSU en una aún más abarrotada Löwenbraükeller, una cervecería histórica del corazón de Múnich, donde de acuerdo a su costumbre cierra su campaña para las regionales del próximo domingo. “En Baviera se vive simplemente mejor que en ningún otro lado. No es porque sí. Es porque trabajamos para que aquí sea”, afirma.

Baviera representa -no solo para Söder, sino para muchos de sus compatriotas- la prosperidad en medio de una Alemania económicamente estancada. Aporta un 18,8 % del total del producto interior bruto (PIB) del país; su índice de desempleo está en el 3,7 %, dos puntos por debajo de la media nacional; y concentra varios de los gigantes industriales del país -BMWAudiSiemensInfineon o la armamentística Krauss-Maffei-. Al poderío económico se le suma su merecida fama de 'Land' festivo y con una mayor inclinación a saber vivir, beber y comer mejor que en el resto del país.

La CSU y su socio aspiran a reeditar su coalición tras unos comicios en lo que se pronostica la quinta y probablemente última posición en la cámara regional para la socialdemocracia de Olaf Scholz. Los sondeos apuntan a que la CSU obtendrá un 37 %, un leve descenso en un partido acostumbrado a dominar, mientras que los Electores Libres de Aiwanger saltarán al 15 %. Es un partido con posiciones en política migratoria muy semejantes a los de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), pero que no está excluido como socio. Entre la derechista CSU, sus socios de gobierno y los radicales de la AfD podrían superar el domingo el 60 % de los votos.

Penuria para el tripartito de Scholz

“Paremos a la derecha”, es el lema de Katharina Schulze, la líder de los Verdes, el único entre los partidos del tripartito de Scholz con una posición más o menos sólida, ya que está equiparado en los sondeos con los de Aiwanger y la AfD. A los socialdemócratas del canciller se les pronostica un 9 % y su tercer socio en Berlín, los liberales, quedarán fuera de la cámara bávara.

El bullicio ensordecedor de la cervecería muniquesa donde hablaba Söder ofrecía un contraste hasta cruel con la apatía que rodeó al último mitin de los socialdemócratas, en la céntrica Marienplatz. El principal orador no fue Scholz -quien hace dos semanas escuchó abucheos en otro mitin bávaro-, sino uno de los líderes del partido, Lars Klingbeil, quien trata de dar ánimos a un centenar de seguidores. Hace dos días, esa misma plaza vibró con los 40.000 asistentes a una marcha contra el avance derechista, sin convocante claro, aunque respaldada por los Verdes.

Los enigmáticos ataques de los líderes ultras

La atención del fin de la campaña bávaro no estaba en los mítines más o menos cerveceros de unos u otros líderes, sino en los ataques que denuncian haber sufrido en Baviera los dos co-presidentes nacionales de la AfD. Primero fue Alice Weidel, quien canceló su participación en un mitin alegando razones de seguridad. Posteriormente reveló el semanario “Der Spiegel” que ese día, puente en Alemania por ser el Día de la Unidad, se encontraba en Mallorca con su familia. La policía alemana desmintió luego que hubiera recomendado cancelar el acto por amenazas.

Más enigmático es el caso de su co-presidente, Tino Chrupalla. Desde su partido se informó de que había abandonado prematuramente un mitin en Ingolstadt al caer “derrumbado” por un “ataque físico” con un objeto punzante. Fue trasladado a un hospital y al día siguiente se le dio el alta. Ni la fiscalía ni la policía hallaron indicios de un agresión. Pero la AfD sostiene que el equipo médico halló rastros de una substancia no tóxica que aparentemente le inyectó un desconocido en el hombro antes de desplomarse.

Mientras en las redes se sucedían memes sobre la presunta agresión –incluido un retrato robot del supuesto agresor punzante, una abeja-, los simpatizantes ultraderechistas difundían alertas sobre un nuevo “terrorismo mortal” contra sus líderes.

Comicios en Hesse

Junto a las elecciones de Baviera, el domingo se celebran regionales en Hesse, el 'Land' donde se encuentra la metrópolis financiera que es Fráncfort. También ahí se perfila una clara victoria para los conservadores del primer ministro actual, Boris Rhein, quien actualmente gobierna con los Verdes, y un hundimiento a mínimos históricos para la socialdemocracia de Scholz.