Novedad en el frente

Nueva arma de Rusia en Ucrania: así son los drones Italmas, más baratos, ligeros y difíciles de detectar que los iraníes

Este artefacto kamikaze lleva meses en desarrollo de la mano de la compañía especializada ZALA-AERO y se presentó el pasado viernes 21 de octubre en el Pervi Kanal ruso, de propiedad estatal

Así son los drones Italma que utiliza Rusia

PI Studio

Àlex Bustos

Desde Izhevsk, uno de los centros de producción de armas más importantes de Rusia, se producirá en masa el dron Italmas, que supondrá una mejora en el arsenal de aeronaves no tripuladas del Kremlin. Este artefacto kamikaze lleva meses en desarrollo de la mano de la compañía especializada ZALA-AERO y se presentó el pasado viernes 21 de octubre en el Pervi Kanal ruso, de propiedad estatal. Este nuevo diseño cuenta con un motor de combustión interna mejorado que le permite alcanzar mayor distancia que sus predecesores, más de 200 kilómetros, además de contar con una huella térmica muy baja con lo que podrá pasar desapercibido a ojos de los radares - tanto fijos como portátiles- así como una ojiva reforzada para una mayor capacidad ofensiva.

Este artefacto, que toma prestado su nombre de una flor de la región de los Urales, es más barato de producir que los drones Shahed -de fabricación iraní-, que costaba unos 20.000 dólares. También representa una mejora respecto a Lancet, su predecesor ruso. Esta nueva tecnología ayudará a Moscú a combatir en el frente de Ucrania, tanto para destruir vehículos blindados como para atacar ciudades.

El arma lleva meses en desarrollo y después de las primeras pruebas en condiciones invernales se le han realizado algunas mejoras. El poder fabricarlos en su propio territorio también supone una ventaja para Rusia, ya que dependerá menos de Teherán, un Gobierno amigo de Moscú. Algunas de las características de la aeronave no tripulada no se han hecho públicas y no se conocerán hasta después de su primer uso en el campo de batalla.

Experiencia

Rusia ya hizo estragos con los drones iraníes Shahed, de características parecidas, en diferentes poblaciones de Ucrania como la capital, Kiev, u otras como Járkov, Odesa y Dnipro, donde han sido un dolor de cabeza para las tropas ucranianas. Moscú los ha utilizado en grandes enjambres que son difíciles de contrarrestar con armamento tierra-aire.

Una de las ventajas del uso de estos aparatos es su bajo coste. El diario británico 'The Guardian' estimó que mensualmente eso puede suponer para Rusia un desembolso de unos 21 millones de euros mensuales, una cifra muy inferior a la que tendría que hacer frente si tuviera que echar mano de otro tipo de armamento como misiles tácticos o balísticos, cuyo coste por unidad supera los 100.000 euros.

Ucrania denunció que dichos drones contaban con piezas fabricadas por empresas occidentales. Esto fue recogido en un documento elaborado por Ucrania y entregado al G7, donde se señala que entre los responsables hay compañías de Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Alemania, Canadá, Japón y Polonia, todos ellos países que han impuesto sanciones a Rusia y la mayoría de ellos han mostrado abiertamente apoyo a Kiev.

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