Relaciones entre Pekín y Taipei

La muerte de dos pescadores chinos perseguidos por una patrullera taiwanesa hace temer una nueva crisis

Una patrullera taiwanesa avistó una lancha motora china en sus cercanías y, tras darle el alto, empezó una persecución a toda velocidad que terminó con el volcado de la segunda

Bandera de Taiwán en una foto de archivo.

Bandera de Taiwán en una foto de archivo. / DANIEL CENG SHOU-YI / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

Adrián Foncillas

Dos pescadores chinos han fallecido cuando eran perseguidos por una patrulla taiwanesa en un incidente que podría desembocar en la enésima crisis del estrecho de Formosa. La inmediata reacción de Pekín, atenuada para sus estándares y sin inflamadas amenazas, parece descartar su voluntad de convertir el desgraciado accidente en un 'casus belli'.

Ocurrió el miércoles en las aguas de la isla Kinmen, administrada por Taipei y separada del continente por apenas tres kilómetros. Una patrullera taiwanesa avistó una lancha motora china en sus cercanías y, tras darle el alto, empezó una persecución a toda velocidad que terminó con el volcado de la segunda. Los cuatro pescadores fueron rescatados de las aguas y conducidos a un hospital, donde dos de ellos fueron declarados muertos. Los otros dos están en condición estable y han sido conducidos hasta Kinmen para responder ante la Fiscalía.

China ha condenado hoy el "maligno incidente" y pedido explicaciones a Taipei. "Ha herido los sentimientos de los compatriotas a ambos lados del estrecho", ha aclarado Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán. También ha subrayado el diferente trato que se dispensan unos y otros: mientras China socorre a los marineros taiwaneses que necesitan auxilio o suministros, Taipei recurre a "todo tipo de excusas para inspeccionar a la fuerza los pesqueros chinos y usa métodos violentos y peligrosos".

Argumentos de Taiwán

Taiwán ha lamentado los fallecimientos y negado una mala gestión de sus guardacostas. La ley, ha afirmado, les ampara para expulsar, detener y castigar a los que entran en sus aguas. También ha recordado las tozudas incursiones de barcos chinos para pescar o extraer arena del fondo marino, actividades tan ilegales como perniciosas para el ecosistema. "Muchos barcos chinos han entrado recientemente en nuestras aguas, aprovechando el año nuevo lunar para pescar peces de alto valor", ha revelado Taipei. No son raras las acusaciones a los pesqueros chinos de esquilmar las aguas globales ni los roces, sí lo es que provoquen muertes.

En el estrecho de Formosa y el Mar del Sur de China, las aguas más erógenas de Asia, a nadie le interesa un conflicto abierto. El riesgo radica en que un accidente como el de ayer deslice las tensiones a un escenario inquietante. La densidad de barcos y aviones de guerra es un elemento perturbador. El miércoles, sin ir más lejos, Taipei identificó catorce aviones y drones en las inmediaciones de la isla. Estados Unidos y China han coqueteado con las colisiones en los últimos años y, afortunadamente, ambos recuperaron recientemente el diálogo de sus altas esferas militares para mitigar los malentendidos.

La primera crisis tras las elecciones

Esta es la primera crisis que explota en el estrecho de Formosa desde que el Partido Democrático Progresista se impusiera el mes pasado en las elecciones presidenciales. Pekín las había presentado a los taiwaneses como su oportunidad para elegir "entre la guerra y la paz", les recomendó que optaran por la "opción correcta" y calificó al ganador, Lai Ching-te, como un "obstinado separatista".

Descartada la calma cuando gobiernan los independentistas en Taipei, falta por auscultar el fragor de las borrascas. La reacción china, con alusiones a los "compatriotas" y a la "misma familia" a ambas orillas del estrecho, carece de los decibelios del pasado. La lectura de su prensa oficial permitirá medir el cabreo de Pekín por la muerte de sus dos pescadores.