Guerra en Ucrania

Subversivos y guerra electrónica, la línea cero del conflicto de Ucrania en su confín norte con Bielorrusia y Rusia

Solo el río Dnipro, ahora engrosado por el deshielo, separa los unos de los otros

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia.

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia. / IRENE SAVIO

Irene Savio

Solo unos desérticos quinientos metros separan el tétrico y abandonado puesto de control fronterizo ucraniano-bielorruso del reventado puente de este cruce por el que solían pasar hasta 300 vehículos al día. Esto hace ya casi dos años. Salvo por los agentes fronterizos y por un perro de patas cortas y carácter amigable, hoy casi no se ve casi un alma en el lado ucraniano. Pero los bielorrusos están ahí, se pueden escrutar desde la trinchera bajo tierra y también a cielo abierto. Solo el río Dnipro, ahora engrosado por el deshielo, separa los unos de los otros. “El puente lo hicimos estallar nosotros en el principio de la invasión rusa a gran escala y sigue así pues tiene una importante función de protección de esta frontera y dificulta las incursiones [de enemigos]”, cuenta el agente fronterizo Oleg, ametralladora en mano.

Oleg, que como casi todos los soldados evita dar su nombre completo, responde así cuando se le pregunta por la situación en la frontera del extremo norte de Ucrania, a menos de 200 kilómetros de Kiev, confín que este país comparte con Rusia y Bielorrusia, aliada del Kremlin. Agentes fronterizos como él y el propio Ejército denuncian desde hace tiempo lo que consideran grandes amenazas en esta zona altamente militarizada: las incursiones de drones de combate y de grupos armados que entran por tierra en territorio ucraniano, especialmente desde la frontera con Rusia y de noche.

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia.

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia. / IRENE SAVIO

“Hay unidades de la Federación Rusa que están constantemente ubicadas en la frontera norte de Ucrania y que nos bombardean y usan grupos subversivos”, dice Vadym Mysnyk, oficial de las Fuerzas Armadas. “Su objetivo es mantener alta la tensión y tenernos bajo la perenne amenaza de una nueva invasión [por esta zona]. Han estado activos todo el invierno”, dice, al añadir los ataques son tanto contra el Ejército como contra población civil. También “ disparan y destruyen vehículos civiles, así como matan a civiles”, continúa. “El mayor miedo son los drones [iraníes] Shahed, porque además cuando vuelan hacen mucho ruido”, agrega un civil. 

Guerra electrónica

Dmytro, jefe de la unidad de transmisiones del quinto regimiento, afirma que además, desde el lado ruso, también “hacen todo el tiempo uso de técnicas de guerra electrónica para cortar las señales [de transmisión ucranianas]”, con el fin de dificultar las comunicaciones entre las varias unidades. “Nuestras unidades las repelen, buscamos constantemente nuevas formas de contrarrestarlas”, advierte. En cuanto a los grupos subversivos armados, “lo que hemos estado viendo es que cruzan sobre todo en las zonas con mucho bosque o a través del río, que en invierno está congelado”, dice, al recordar que es por esta zona por la que entraron las tropas rusas que casi asediaron a Kiev en la primera fase de la invasión rusa.

Desde Bielorrusia, la acusación es recíproca. Tan solo el pasado viernes, el propio presidente Alexander Lukashenko dijo que “dos saboteadores” habían sido detenidos “por haber cruzado la frontera, transportar explosivos y cometer atentados en Bielorrusa y Rusia”, según informó Reuters. Grupos de este tipo son arrestados “dos o tres veces la semana”, añadió el bielorruso. Más aún, el país también ha recientemente anunciado la adopción de una nueva doctrina militar, en un paso para el despliegue de armas nucleares en el país. Otra medida que ha subido la tensión. 

“El despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusa que considera una importante medida de disuasión preventiva ante posibles enemigos”, declaró hace un mes el ministro de Defensa bielorruso, Viktor Khrenin. La nueva propuesta, se informó, aún no ha sido aprobada pero eso podría ocurrir tan pronto como abril, cuando se reunirá el Congreso del país. 

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia.

Soldados ucranianos patrullan en la militarizada frontera entre Ucrania y Bielorrusia. / IRENE SAVIO

Botas, uniforme militar y armamento de dotación, Oleg, el agente fronterizo, camina entre alambres de púas, a poca distancia de bosques repletos de minas (colocadas por los ucranianos), cuando se recibe la información que ya es hora de irse. Escoltado por su compañero Pavel, saluda a los otros dos militares que están apostados en la posición, y resopla. Explica que los últimos cinco kilómetros antes de la frontera son ahora inaccesibles, salvo para los locales. “Hemos puesto barricadas con minas explosivas, alambres de púa, trincheras y otras trampas para el enemigo”, cuenta. El perro bajito entonces lo sigue, meneando la cola, en busca de algún gesto de calor humano, aquí, en una zona del mundo martirizada por una guerra compleja y triste. 

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