África subsahariana

Mauritania, penúltimo dique del Sahel contra los golpes de Estado y la presencia de Rusia

Los generales golpistas de las vecinas Níger y Malí han cerrado esta semana la colaboración con el África Corps de Putin

18/10/2021, Nouakchott, Mauritania. Centro El Wefa de AMSME-DEI para la atención a niños víctimas de la violencia sexual. Proyecto de fortalecimiento del sistema de protección de las ni–as, ni–os y adolescentes en Nouakchott (Mauritania) implementado por Save the Children y financiado por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.

18/10/2021, Nouakchott, Mauritania. Centro El Wefa de AMSME-DEI para la atención a niños víctimas de la violencia sexual. Proyecto de fortalecimiento del sistema de protección de las ni–as, ni–os y adolescentes en Nouakchott (Mauritania) implementado por Save the Children y financiado por la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo. / Pablo Blázquez

Mario Saavedra

La situación del Sahel preocupa en España cada vez más. Ese grupo de países africanos bajo el desierto del Sáhara vive una ola imparable de golpes de Estado, crisis de seguridad y yihadismo que provocan migraciones en masa. Los militares golpistas se alejan de Occidente y de las instituciones internacionales como la ONU para echarse en brazos de Rusia. En ese contexto, Mauritania resiste como bastión en el cinturón saheliano: un sistema relativamente democrático y con acuerdos de cooperación con Occidente.

Los cambios son rápidos y los movimientos geopolíticos, frenéticos. Níger, que hace menos de un año era un aliado occidental y una democracia joven, está ahora gobernado por una Junta militar tras un golpe de Estado que nadie se esperaba. Ha cortado lazos con Francia y Estados Unidos. Este martes, el general que gobierna el país ha mantenido una llamada telefónica con el presidente ruso. Abdourahamane Tchiani ha conversado con Vladímir Putin sobre “la necesidad de reforzar” la cooperación en materia de seguridad “frente a las amenazas actuales”, según un comunicado del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP), nombre oficial de la junta nigerina, remitido por Europa Press. 

Putin también ha hablado este miércoles con el líder de la junta militar de la vecina Malí, Assimi Goita. Según la nota oficial, han acordado de la misma manera “intensificar la cooperación” bilateral en la lucha contra el terrorismo y "fortalecer" las relaciones en varios sectores, incluido el de la minería. Estas conversaciones dan un marchamo de oficialidad a la presencia de soldados rusos sobre el terreno y al apoyo político a cambio de recursos minerales de los últimos años. La situación es similar en Burkina Faso o República Centroafricana: gobiernos militares y presencia de soldados rusos. El Sahel es ya zona de influencia del Kremlin.

¿Corre riesgo Mauritania de correr la misma suerte que el resto de países del Sahel? “La situación en Mauritania es diferente. Es un país estable que, si bien sufre algo la amenaza yihadista en la zona del desierto hacia Malí, la situación parece controlada y no es un país que tenga graves amenazas de seguridad”, opina para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, Viviane Ogou Corbi, investigadora y fundadora del centro de pensamiento Puerta de África. “Sobre todo, tiene grandes acuerdos militares con Estados Unidos y apoyo económico de la Unión Europea. No tiene incentivos para romper”. 

En Malí, Níger y Burkina Faso, a la situación de pobreza se sumaba la amenaza terrorista, que dio la excusa perfecta para los golpistas. Pero en Mauritania no hay indicios de esa ruptura. Tampoco existe una masa crítica de panafricanismo antieuropeísta. 

Todo puede cambiar rápidamente, admite la analista. Níger también contaba con dos bases de drones de Estados Unidos y era un país protegido por Occidente, especialmente por Francia, muy interesada en el uranio del país. Pero, en julio del año pasado, los militares dieron un golpe de Estado y se hicieron con el poder. 

Migraciones, seguridad, gas

La República Islámica de Mauritania es un país muy grande, dos veces mayor que Francia, pero esencialmente despoblado: 4,7 millones de personas en un territorio de un millón de kilómetros cuadrados. 

Una eventual caída en la órbita rusa supondría varios problemas para España y el resto de la Unión Europea, sobre todo en lo que se ha dado en llamar la “externalización de fronteras”: el control migratorio en esos países de origen de las rutas marítimas hacia Canarias a cambio de dinero y cooperación política y económica. El objetivo es garantizar que los guardacostas mauritanos sigan controlando el flujo de cayucos hacia la isla canaria de El Hierro.

Solo en lo que va de año, a Canarias han llegado desde la costa africana más de 12.000 migrantes sin papeles, en su mayoría de Malí, Senegal y Mauritania, según datos de Frontex. El año pasado se alcanzó un récord de 40.000.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (I), y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúnen con el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, en el Palacio Presidencial, este jueves, en Nuakchot (Mauritania).

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (I), y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúnen con el presidente mauritano, Mohamed Ould Ghazouani, en el Palacio Presidencial, este jueves, en Nuakchot (Mauritania). / EFE

A principios de febrero, el presidente Pedro Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aterrizaron en Nuakchot, la capital mauritana, donde se reunieron con el presidente, Mohamed Ould Ghazouani. Prometieron 500 millones de euros en ayudas y promesas de inversión en hidrógeno verde, una cifra sustancial para un país con un PIB que no llega a los 10.000 millones de euros. 

“Mauritania ha hecho una apuesta por la democracia liberal, lleva años de estabilidad parlamentaria, tiene pluralidad de participación política y diversidad de género en la toma de decisiones; por ejemplo la región de Nuakchot la gobierna una mujer”, dice Ogou Corbi. “No podríamos decir que es una democracia plena y hay violaciones de derechos humanos, por ejemplo a la hora de frenar la salida de cayucos”. 

Mauritania, junto a la vecina Senegal, ha encontrado un tesoro inesperado: una enorme bolsa de gas en sus costas. Este año se espera que salga del inmenso complejo gasístico de Great Tortue Ahmeyim el primer envío de gas. El yacimiento está explotado conjuntamente por la Sociedad Mauritana de Hidrocarburos, la Sociedad de Petróleos de Senegal y la petrolera British Petroleum (BP). Todo apunta a que ambos países, relativamente estables y democráticos, se convertirán pronto en unos de los principales productores de África. 

Por el momento, el Gobierno de Nuakchot se mantiene dentro de la esfera geopolítica occidental, aunque con buenas relaciones con Rusia

Puerto de pescadores tradicionales de Nouakchott. Proyecto de fortalecimiento del sistema de protección de las niñas, niños y adolescentes en Nouakchott (Mauritania).

Puerto de pescadores tradicionales de Nouakchott. Proyecto de fortalecimiento del sistema de protección de las niñas, niños y adolescentes en Nouakchott (Mauritania). / Pablo Blázquez

Senegal es el otro país que resiste el envite autoritario en el Sahel. Vecino de Mauritania, este fin de semana dio una lección de democracia: el Gobierno saliente y su candidato reconocieron la victoria del opositor Diomaye Faye, que será el próximo presidente del país de 27 millones de personas. Se cerrará así una crisis política que ha mantenido al país en vilo los últimos meses. Faye procede del partido Pastef, de ideología panafricanista de izquierdas y anticolonialista. Como Mauritania, no tiene incentivos para unirse a la estela de sus vecinos Malí, Burkina Faso o Níger. La UE y España redoblan los esfuerzos para que así siga siendo.