La majestuosa silueta de Toreto y Gitana, dos halcones peregrinos, sobre los cielos del centro de tratamiento de residuos de Alicante (CETRA) se impone cada mañana cortando el paso a bandadas de gaviotas, palomas, garzas u otras aves que pretenden encontrar comida fácil en sus instalaciones. No es difícil observar, de buena mañana, bandadas de gaviotas que se dirigen al CETRA y cómo se desvían ante la visión de la amenazante silueta del halcón sobrevolando la instalación.

Al ser el CETRA de Alicante uno de los puntos de atracción para las aves que tratan de encontrar alimento fácil, UTE Alicante tiene contratado un servicio de control de aves cuya arma de prevención más poderosa es el equipo de rapaces entrenados en el arte de la cetrería. Los cuida y dirige sus vuelos Francisco Navarro, cetrero de la compañía ADDA OPS con más de 15 años de experiencia que habla de ellos como «mis compañeros de trabajo».

Para Navarro estas aves son «mis compañeros de trabajo». INFORMACIÓN

En estos momentos el equipo de «controladores aéreos» está integrado por un azor, tres halcones y un águila de Harris que viven en sus grandes pajareras y todas las mañanas salen a trabajar, por turnos, para mantener las instalaciones del CETRA despejadas de la inoportuna presencia de gaviotas y palomas, aves oportunistas, que se desplazan a los lugares donde es más fácil alimentarse e incluso se comunican entre ellas para llamar a otras bandadas. En su búsqueda de alimento gaviotas, palomas y en menor medida garzas tratan de acercarse a los vertederos o el CETRA para obtener comida fácil.

Las concentraciones de aves causan molestias a la población, pueden ser un peligro para el tráfico aéreo en el cercano aeropuerto y causar riesgos de salud pública, sobre todo cuando después de alimentarse se desplazan para descansar a los embalses y pantanos y defecan en las aguas de las que se abastece a la red. Además, alimentarse de basura puede generar y propagar enfermedades entre las propias poblaciones de aves. Por eso el trabajo de Francisco Navarro y sus rapaces es tan importante.

La misión de estos halcones y azores no es ir a la caza de otras aves, pues su sola presencia sobre los cielos sirve para ahuyentar a las bandadas que tratan de aproximarse al CETRA y consiguen el objetivo de que no lleguen a la instalación, que estén poco tiempo, si es que a pesar de todo lo consiguen, y, desde luego, que no aniden en sus instalaciones.

Una de las rapaces inicia el vuelo junto al CETRA. INFORMACIÓN

La ventaja del uso de rapaces es que se trata de una actuación de carácter preventivo y disuasorio, siempre con mejores resultados que cualquier acción correctora que se precise utilizar. Las bandadas de aves identifican el territorio del CETRA como un área con presencia de depredadores y tienden a evitarlo, viéndose obligadas a buscar alimento en comederos naturales. «Simplemente dejamos que la naturaleza actúe y el poder de unas aves se imponga sobre otras», explica Francisco Navarro.

Aun así, siempre hay aves que intentan acercarse para alimentarse en los periodos de descanso de las rapaces e incluso intentan establecerse en el área del CETRA. Para estos casos se usan otros métodos como ahuyentadores acústicos, cañones de gas (que provocan ruido de explosión para ahuyentar a las aves.