El PP de Calp ya ha soltado el lastre de un pasado que pesaba como una losa. Su nuevo candidato a la alcaldía, el diputado autonómico César Sánchez, trae aire fresco a un partido que, en los últimos tiempos, se ha visto salpicado por demasiados escándalos, entre ellos el caso Brugal. Pero, además de renovación, el alcaldable demuestra decisión y ya se moja con propuestas concretas. Ayer, al igual que hizo Artur Mas en la campaña electoral en Cataluña, firmó ante notario un "contrato político" con diez compromisos personales ineludibles. Y no son promesas de poca monta. La primera es bajar los impuestos y la última convertir a Calp en sede universitaria de un centro de investigación de Ciencias del Mar.

Pero César Sánchez también quiere que su pueblo recupere "la estabilidad institucional". Otro de sus compromisos es pasar la página de un mandato volcánico. "El PP no volverá a darle la alcaldía a un partido minoritario", lanzó ayer el candidato popular, quien nunca vio con buenos ojos que el actual grupo popular, con Javier Morató y Juan Roselló a la cabeza, le diera la alcaldía a Joaquim Tur, del Bloc.

En el decálogo que Sánchez firmó ayer ante notario, figuran también impulsar un plan de protección y conservación de les Salines, dotar a Calp de un centro de salud internacional o construir un centro de cultura internacional con biblioteca 24 horas y escuela oficial de idiomas.