Hannah volvió a ser Juanita al pisar tras 75 años el pueblo que la vio nacer. "Estoy muy emocionada y feliz. Este regreso me ha devuelto el recuerdo más entrañable de mis padres". Hannah Kaiser vino al mundo en Benissa el 3 de febrero de 1938. No había cumplido todavía ni 9 meses cuando sus padres y ella se marcharon a Vic y luego emigraron a Inglaterra. Hannah nunca había regresado a Benissa. El domingo volvió y hoy ya se marcha. Casi ha sido un viaje relámpago. Pero esta mujer afable y de gran curiosidad ha recuperado sus primeros meses de vida, que hasta ahora estaban en penumbras.

Sus padres, los austriacos Hans y Dora Kaiser, llegaron poco antes de nacer ella a trabajar como médico y enfermera en el hospital de las Brigadas Internacionales. El sanatorio, del que el doctor Kaiser fue director, estaba en el convento de los franciscanos. Allí nació Hannah.

La idea de regresar por primera vez a "su" pueblo hacía tiempo que le rondaba por la cabeza. "Deseaba volver al cumplir los 75 años. Y aquí estoy".

Hannah buscaba sus orígenes. Y ha encontrado mucho más. Cada instante ha sido especial. Al firmar en el libro de visitas ilustres del ayuntamiento, se sinceró: "He recordado a mis padres con amor a través de este viaje".

"Aquellos años fueron terribles", recordó mientras repasaba su periplo junto a sus padres. Desde Vic cruzaron los Pirineos y llegaron a un campo de refugiados del sur de Francia. En 1939, se establecieron en Inglaterra, donde su padre murió. Hannah y su madre no consiguieron regresar a Austria hasta 1946.

Ahora, Hannah ha retornado a Benissa con una maleta repleta de recuerdos. Es evidente que no guarda ninguna imagen de la Benissa de 1938. Pero sí lleva consigo el salvoconducto que acredita a su padre como brigadista y combatiente antifascista. Ayer lo mostraba con orgullo.

También conserva cartas y diarios de sus padres. En una de estas misivas, enviada por Hans a su hermano que vivía en Israel, le describía cómo era su vida en Benissa y en el hospital donde atendía a los republicanos heridos en el frente.

Este médico tenía entonces 28 años y su mujer, Dora, 26. Se habían casado en Viena en 1936. Eran judios y comunistas. No se lo pensaron dos veces al alistarse en las Brigadas Internacionales. "Mi madre siempre me decía que los dos años que pasó en España fueron los más importantes de su vida. Mis padres vinieron juntos y ahora, tras 75 años, soy yo la que he vuelto".

Cuando Hannah se encontró ayer con el alcalde, Juan Bautista Roselló, en la puerta del ayuntamiento, le enseñó su partida de nacimiento. Sus padres la inscribieron como Juanita. Ambos creían que podrían emigrar a México y ese era un nombre que aquí y allí era habitual. Pero Juanita fue para ellos Hannah.

Roselló le mostró el salón de plenos y las fotografías de todos los alcaldes del siglo XX de Benissa. En 1938, cuando ella nació, el munícipe era Tomás Capó, padre del escritor y periodista Bernat Capó y hermano de la abuela del propio Juan Bautista Roselló.

Hannah, que durante todo este viaje ha demostrado una curiosidad sin límites, tomó fotografías de aquel alcalde y del actual, de las calles de Benissa, de las fiestas (ahora son las de la Puríssima Xiqueta), del convento franciscano que fue el hospital de las Brigadas InternacionalesÉ Juanita o Hannah ha recuperado una parte de su vida que permanecía a oscuras.

La peripecia de los Kaiser en la Guerra Civil

Hans y Dora Kaiser, ambos judios y comunistas, se casaron en Viena en 1936. Cuando estalló la guerra civil en España, se alistaron en las Brigadas Internacionales. Su hija, Hannah, recordó ayer que estuvieron un tiempo en Sierra Nevada y en el frente de Córdoba. Luego Hans, que era médico, y Dora, enfermera, trabajaron en el hospital de las Brigadas Internacionales de Benicàssim. Pero, tras ser bombardeado, se marcharon a Benissa, donde el doctor Kaiser fue director del sanatorio de las Brigadas Internacionales. Dora, además de atender a los militares republicanos convalecientes, creó y se ocupó de una guardería para las familias de Benissa, a la que también llevó a su bebé. La familia, cuando la victoria de las tropas sublevadas de Franco ya era inminente, se exilió a Inglaterra. Allí murió Hans. Dora se volvió a casar y tuvo otros tres hijos. Hasta 1946 no logró regresar, por su condición de judía, con sus cuatro hijos y su segundo esposo a Austria.