El «chef del siglo», Joël Robuchon, que falleció hace ahora un año, tendrá en Calp un túnel. La junta de gobierno (PP y Ciudadanos) aprobó ayer pedir a la conselleria de Emergencia Climática y Transición Ecológica (antes de Medio Ambiente) que el túnel del Penyal d'Ifac lleve el nombre de este cocinero francés, que llegó a sumar 32 estrellas Michelin. Robuchon tenía vivienda en Calp y se escapaba cada vez que podía. Le encantaba subir al Penyal. Le proporcionaba, como reconoció cuando en 1999 recibió en Calp el premio Jaume Pastor i Fluixà (distinción que se concede el 9 d'Octubre), «fuerza e inspiración».

El gobierno local considera que el mejor homenaje que se le puede hacer es bautizar al túnel con su nombre.

Este paso subterráneo tiene historia. Comunica la vertiente norte, la que se asoma a ese Calp turístico y profusamente urbanizado (también se divisan les Salines o el pulmón verde de la Serra d'Oltà), y la sur, que ya es otro mundo. Aquí empieza la verdadera ascensión a esta cima litoral. Se deja atrás la senda fácil y tendida y se entra en una vereda serpenteante y colgada del acantilado.

El túnel se abrió con dinamita. Al pasar al otro lado, según relata el historiador Andrés Ortolà, los primeros vecinos que exploraron ese Penyal desconocido hallaron tres enormes cabras montesas. Se corrió la voz y esos animales, bautizados como «los chotos de Ifac», adquirieron un aire casi legendario. El Penyal tiene magia.