Dénia rescata el pasado íbero del Montgó

En el Montgó, están todas las huellas. Las de las civilizaciones. Y las recientes del expolio y del desmán de intentar abrir una carretera, la del repetidor, casi hasta la cima. Eso ocurrió a finales de los años 70. Los vecinos de la Marina Alta reaccionaron como un resorte y evitaron ese atentado ambiental.

Dénia rescata ahora una de esas culturas que echó raíces en el Montgó, la íbera. El departamento de Cultura ha colocado tótems explicativos en los puntos desde los que se divisan, allí arriba, en la montaña, los yacimientos íberos de l'Alt de Benimaquia, el Coll de Pous y la Penya de l'Àguila. Los tótems ya permitieron crear una ruta urbana del Fortí islámico. Y también se colocarán el próximo año en el suelo municipal del yacimiento de l'Hort de Morand, el de la antigua Dianium. Los tótems son una suerte de hitos que permiten echar la vista atrás y descubrir todas esas civilizaciones que llegaron atraídas por el poderoso Montgó (un imán cultural).

La conselleria de Turismo ha aportado 31.000 euros para las tres «estaciones» que explican los yacimientos íberos. El coste total ha sido de 50.000 euros.

El director del museo de Dénia y arqueólogo municipal, Josep A. Gisbert, destacó que l'Alt de Benimaquia, del siglo VI a. C. y cuna del vino en el Mediterráneo occidental, tiene influencias fenicias, mientras que las del Coll de Pous son áticas (griegas) y las de la Penya de l'Àguila, ya romanas.

Los tótems están en Jesús Pobre (rodeado de viñedos), en la Xara y en el Camí de la Colònia. Las explicaciones, las fotografías y recreaciones permiten evocar cómo fueron estas ciudadelas del Montgó. Estos hitos funcionarán también como punto de encuentro para realizar rutas y visitas guiadas a estos enclaves íberos.

El del Coll de Pous sufrió esa locura de abrir una carretera montaña arriba. Las máquinas pasaron por encima del yacimiento. Y se produjo un pertinaz expolio.

El concejal de Cultura, Raúl García de la Reina, avanzó que un taller de empleo del Servef hará posible limpiar y dejar «como un espejo» l'Hort de Morand, el yacimiento romano que en 2020 Dénia pondrá en el mapa de las rutas y la arqueología urbana.