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La sobrepoblación de jabalíes ocasiona una media de 72 accidentes al año en la provincia

Las piaras suponen un peligro creciente para la seguridad vial al invadir las carreteras y adentrarse en los cascos urbanos - Los cazadores reclaman ayudas directas y más facilidades de la Generalitat para incrementar las batidas

Una piara de jabalíes irrumpe en una carretera de Pego

Una piara de jabalíes irrumpe en una carretera de Pego INFORMACIÓN

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Una piara de jabalíes irrumpe en una carretera de Pego Pérez Gil

Los accidentes de tráfico ocasionados por jabalíes que invaden la carretera son cada vez más frecuentes. El pasado domingo un motorista fallecía a media mañana en el municipio catalán de Abrera tras un siniestro con un puerco salvaje que se cruzó en la carretera a su paso. Es un triste ejemplo de muchos otros y en la provincia de Alicante la superpoblación de esta especie está generando un creciente problema de seguridad vial, además de daños en la agricultura, efectos perjudiciales en el medio ambiente y descontrol de las enfermedades en la fauna silvestre.

Más de 30 jabalíes se comen el césped de una rotonda de Calp

Más de 30 jabalíes se comen el césped de una rotonda de Calp INFORMACIÓN

La Administración utiliza el término «sobreabundancia» para explicar lo que está ocurriendo en la Comunidad Valenciana con las poblaciones de jabalí. Una situación que se ha visto acentuada en tiempos de pandemia al restringirse la movilidad y suspenderse la caza. Por eso durante los dos últimos años se repiten las preocupantes escenas de piaras invadiendo carreteras y entrando en núcleos urbanos. Dénia Calp, Pego, Alcoy, Castell de Castells y más recientemente la carretera del Monóvar a Pinoso son algunos de los escenarios más llamativos. Conductores y vecinos han podido captar imágenes que muestran a estos animales deambulando tranquilamente por las calles de Alcoy , comiéndose el césped de una rotonda en una zona comercial de Calp o cruzando la calzada en fila india y a toda velocidad en el acceso a la urbanización Penya Roja de Pego. Y a ello se suman ahora los siniestros con arruí y muflón que, al ser animales de mayores dimensiones, ocasionan percances más aparatosos.

Según el último estudio publicado por la dirección general de Medio Natural y Evaluación Ambiental sobre las colisiones de vehículos con fauna cinegética, desde enero de 2007 hasta noviembre de 2019, en la provincia de Alicante se registraron 1.112 percances de estas características siendo la comarca de La Marina Alta la más afectada. Además, los siniestros producidos por jabalí encabezan el índice con un porcentaje del 85%. Esto es, cada año se produce una media de 72 accidentes provocados por jabalíes en las carreteras alicantinas. El principal foco se encuentra en Pego. Un informe del Ayuntamiento de febrero de 2020 fijaba en 32 el número de puercos salvajes atropellados en su término municipal durante el año 2019.

Los expertos insisten en señalar que el control de estas poblaciones es hoy más necesario que nunca frente al riesgo que entrañan, incluso de carácter sanitario, al poder transmitir tuberculosis y peste porcina africana. Consciente de ello la Administración valenciana ha publicado recientemente la Orden 22/2021 por la que se regula la caza y control de jabalí permitiéndose su captura durante todo el año desde 2019. Sin embargo la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana ya ha anunciado, que tal y como está planteado el texto, «no va a solucionar la problemática de la sobrepoblación al imponer obligaciones abusivas para el cazador sin compensación alguna de la Generalitat». Así lo ha indicado su presidente, Raúl Esteban, advirtiendo de que la presión cinegética a la que se ven sometidos los cazadores es cada vez mayor al tiempo que aumentan la burocracia y las trabas administrativas. Por eso el delegado de la Federación en Alicante, Óscar Corbí, exige que se faciliten los ganchos y batidas e insiste en reclamar «un plan integral de ayudas y subvenciones directas para el mantenimiento de los perros y la organización de acciones colectivas de caza mayor. Asimismo, recuerda que cazadores y clubes están realizando un sobreesfuerzo e invirtiendo cada vez más recursos para combatir un problema que ya afecta al 55% de las localidades de la Comunidad.

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