El gato montés (Felis silvestris) está en peligro de extinción en Europa. Y el ser humano es responsable del 83% de las muertes de ejemplares de esta especie registradas cada año, según las conclusiones de un estudio internacional, que ha evaluado los factores que influyen en su supervivencia y que ha aportado datos clave para reducir los atropellos en carreteras, principal causa de mortalidad de los gatos monteses.

Las poblaciones europeas de este félido, protegido por el Convenio de Berna y por la Directiva Hábitats de Unión Europea, están amenazadas por la fragmentación de los hábitats, la baja disponibilidad de presas, la hibridación con el gato doméstico y, sobre todo, la mortalidad directa causada por el ser humano.

Sin embargo, existe muy poca información sobre los factores por los que las distintas subpoblaciones de la especie incrementan, se estabilizan o declinan al enfrentarse a estas amenazas.

Un consorcio integrado por 34 investigadores, pertenecientes a 31 instituciones de 10 países europeos de la Red Europea “Eurowildcat”, incluido España, ha estudiado por primera vez la supervivencia y las causas de mortalidad del gato montés europeo a partir del seguimiento con radio-emisores de 211 individuos en 22 áreas de estudio diferentes de todo el continente.

Los científicos, entre los que figuran varios españoles, han comprobado además el efecto de las variables relacionadas con las molestias humanas y las transformaciones ambientales sobre la probabilidad de supervivencia.

Distribución del gato montés agencias

Los resultados de este trabajo de investigación muestran que la mortalidad del gato montés en Europa está causada principalmente por factores humanos, representando los atropellos y la caza furtiva el 57% y el 22% de la mortalidad anual, respectivamente. La probabilidad de supervivencia anual se estimó en el 92% para las hembras y el 84% para los machos.

La mayoría de las muertes, en carreteras principales

La mayoría de las muertes, en carreteras principales El estudio muestra por otro lado que la densidad de carreteras tiene un impacto elevado sobre la supervivencia anual de la especie, de manera que un aumento de un kilómetro por kilómetro cuadrado en la densidad de carreteras principales en una zona concreta aumenta nueve veces el riesgo de mortalidad.

Las carreteras con menor tráfico, secundarias y locales, por el contrario, no afectan significativamente a la mortalidad anual de los gatos monteses.

El trabajo aporta parámetros clave para desarrollar análisis de viabilidad poblacional. También proporciona información relevante para una planificación futura que permita mantener densidades de carreteras por debajo del punto crítico en hábitats claves para los gatos monteses.

Asimismo, el informe identifica en qué condiciones sería necesario instalar vallados y estructuras de paso para reducir la mortalidad de los gatos monteses en las carreteras.

Ejemplar de gato montés pixabay

La investigación perseguía aportar información sobre el estado actual del gato montés y las tendencias de la población, ya que no ha habido estudios recientes a gran escala, ni revisiones regionales europeas del estado de la especie en los últimos años.

Este carnívoro de tamaño mediano, con un peso de entre 4 y 12 kilos y hasta 125 centímetros de longitud, se distribuye en poblaciones fragmentadas desde el sur de Italia hasta Escocia y desde Portugal hasta Rumanía.

Las poblaciones europeas de la especie se agrupan en cinco grupos genéticos principales, que representan distintas unidades biogeográficas. La especie está “estrictamente protegida” por la legislación europea. el gato montés figura en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La especie, el peligro de extinción en España

En España, el gato montés también está en peligro de extinción. La expansión del desarrollo urbano humano es la principal causa del declive de la especie en la Península Ibérica, ya que se están invadiendo continuamente los hábitats de la especie.

Esta circunstancia favorece además el acercamiento a los gatos domésticos, lo que incrementa la posibilidad de cruces y la consiguiente aparición de ejemplares híbridos.

Gato montés pixabay

La expansión de la agricultura también está detrás de la disminución sustancial de las poblaciones españolas de gato montés. Este animal ha sido perseguido durante decenios por el ser humano, por temor a que dañe los cultivos y a que se alimente de animales domésticos y de especies cinegéticas.

Un tercer factor que ha influido en la disminución del número de ejemplares de gato montés en España es la utilización de pesticidas y venenos. Y no solo por mortalidad directa, sino también por la disminución de las principales fuentes de alimento de la especie: conejos, ratones, topos y otros pequeños mamíferos.

Los gatos monteses habitan en zonas forestales, aislado de los núcleos urbanos. Su presencia se extiende por toda la Península Ibérica y las islas Baleares. Aunque es un felino salvaje típico del bosque mediterráneo, el ecosistema más adecuado para su desarrollo lo conforma el matorral mediterráneo.

Existen en España tres subespecies de gato montés. La primera es la Felis silvestris tartessia, que habita en el sur de los ríos Ebro y Duero. La segunda es la Felis silvestris silvestris, que se puede encontrar en el norte peninsular. Y la tercera, Felis lybica jordansi, es habitual en la isla de Mallorca.

Informe de referencia: https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0006320721002913

Web de Eurowildcat: https://eurowildcat.org/