La evolución se ha basado desde siempre en el dicho popular ‘si no puedes contra el enemigo, únete a él’. El accidente nuclear de Chernóbil (Ucrania) de 1986 causó la catástrofe ambiental con mayor impacto en la historia reciente de la humanidad, y a partir de entonces, muchas especies tuvieron que luchar por sobrevivir. Fue entonces cuando se puso en marcha la maquinaria darwiniana de la selección natural y evolutiva, dando lugar a uno de los fenómenos más llamativos con los que se ha encontrado la ciencia en los últimos años: los cambios de coloración para sobrevivir a la radiación.

Las protagonistas de este estudio, realizado por los españoles Pablo Burraco y Germán Orizaola, de las universidades de Oviedo, Glasgow y Suecia, han sido las ranas arborícolas (Hyla orientalis) de Chernobil. Según el artículo que publican en la revista Evolutionary Applications, estos pequeños anfibios saltarines se vieron obligados a cambiar su coloración para sobrevivir a las extremas condiciones de vida a las que les había expuesto de un día para otro la fuga de material radiactivo.

Estos animales suelen teñir su piel de verde brillante, y aunque es cierto que ocasionalmente se pueden encontrar individuos oscuros, cerca de las zonas más afectadas por la catástrofe de 1986 el número de ranas negras crecía exponencialmente.

Variación de coloración CSIC

En 2016 el equipo de investigación detectó las primeras ranas negras. Esta circunstancia les condujo a “estudiar el papel de la coloración de la melanina en la vida silvestre”. Entre 2017 y 2019, los investigadores recogieron muestras de más de 200 especímenes macho de 12 estanques diferentes del norte de Ucrania. En el estudio incluyeron algunas de las áreas más radiactivas del planeta, pero también cuatro sitios fuera de la Zona de Exclusión de Chernóbil.

La melanina ayuda contra la radiación

Los investigadores partían de la base de que la piel más oscura tiende a adaptarse mejor a la radiación. Se trata de un mecanismo de protección que tiene que ver con la melanina. Esta sustancia absorbe y disipa parte de la energía de radiación y, a la vez, puede capturar y neutralizar moléculas ionizadas dentro de la célula, como especies reactivas de oxígeno. Todas estas características favorecen que los organismos expuestos a la radiación sufran menos daño celular y, por tanto, aumenten sus posibilidades de supervivencia.

Cuando se produjo la catástrofe de Chernobil las ranas de coloración oscura eran una minoría. Sin embargo, con el paso del tiempo y mientras las concentraciones de partículas radiactivas seguían siendo muy altas, las ranas negras eran las que tenían más capacidad para sobrevivir y de reproducirse.

Han pasado más de diez generaciones de ranas desde el accidente y un proceso clásico, aunque muy rápido, de selección natural puede explicar por qué estos ejemplares oscuros son ahora el tipo dominante dentro de la Zona de Exclusión de Chernóbil.

Animales en zona afectada por la radiactividad de Chernóbil Duplos

Los científicos insisten en que sus estudios previos han demostrado que este fenómeno no tiene relación con los niveles actuales de radiación. De hecho, como narran los investigadores, “este color oscuro es típico de las ranas que se encuentran dentro o cerca de las áreas más contaminadas en el momento del accidente”, pero a medida que uno se aleja de la zona de exclusión, los vivos colores de estos animales vuelven a la normalidad.

El estudio de las ranas negras de Chernóbil constituye un primer paso para comprender mejor el papel protector de la melanina en entornos afectados por la contaminación radiactiva. Además, abre las puertas a aplicaciones prometedoras en campos tan diversos como la gestión de residuos nucleares y la exploración espacial. También demuestra que la radiación es un factor de selección natural de gran importancia.

Estudio de referencia: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/eva.13476

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