Desertificación

La agricultura intensiva, seria amenaza para las zonas áridas de España

Investigadores españoles alertan sobre las consecuencias sociales, económicas y ambientales de la producción a gran escala y proponen soluciones alternativas

Invernaderos en Adra (Almería)

Invernaderos en Adra (Almería) / EFE/ J. J. Guillén

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El futuro de los recursos hídricos depende en gran medida de la producción de alimentos. La agricultura a gran escala, impulsada por la tecnología de riego y la reducción de costos, ha transformado las tierras de cultivo tradicionales de tierras secas en una agroindustria muy rentable pero con un enorme impacto ambiental y social. Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que la agricultura intensiva a gran escala es una amenaza para las zonas áridas.

El estudio, publicado en la revista ‘Water Resources Maanagement’ y en el que han participado científicos de tres universidades españolas (Alicante, Politécnica de Madrid y Católica de Murcia), ha analizado las consecuencias sociales, económicas y ambientales de la agricultura de invernadero en las zonas áridas, tomando como modelo Almería, uno de los puntos críticos mundiales de producción de frutas y hortalizas.

Los investigadores comprobaron previamente que el estudio de los sistemas alimentarios que dependen de las aguas subterráneas está fragmentado. "La hidrología, por un lado, se concentra en los recursos hídricos y pasa por alto los procesos agrícolas de superficie. Mientras tanto, el sector agroeconómico está obsesionado con optimizar la utilización de recursos para maximizar las ganancias a corto plazo", recoge el informe.

"En consecuencia, estos enfoques convencionales pasan por alto numerosas consecuencias ambientales y sociales adversas", añade el texto. Según los autores, para orientar el uso de recursos y los sistemas alimentarios en una nueva dirección, resulta imperativo "priorizar la integración de este conocimiento colectivo".

El 'mar de plástico' que conforman los invernaderos en Almería vistos desde el espacio.

El 'mar de plástico' que conforman los invernaderos en Almería vistos desde el espacio. / NASA

"Descubrimos la importante rentabilidad del modelo y sus efectos ambientales y sociales, que incluyen una distribución desigual de la riqueza, condiciones laborales precarias y el agotamiento y la contaminación de las reservas de agua subterránea", apuntan los científicos.

Desarrollo insostenible

¿Soluciones? Reducir el uso del agua y limitar el desarrollo de nuevas zonas de regadío, utilizar especies de cultivos adaptadas a los recursos hídricos disponibles y empoderar a los agricultores frente a los grandes distribuidores son "medidas clave para evitar el colapso social y económico de esta región y de otras zonas de tierras secas que han seguido una modelo de desarrollo insostenible similar", alertan.

La necesidad de estos cambios se vuelve más apremiante a medida que los impactos del cambio climático continúan aumentando. En este contexto, las reservas de agua subterránea representan "recursos estratégicos vitales que no deben desperdiciarse", subraya el estudio.

Los autores señalan que existe desde hace unos años una mayor conciencia sobre la importancia de consumir alimentos saludables, lo que lleva a un aumento en la demanda de dietas basadas en plantas, y que sean orgánicas y libres de pesticidas.

Aunque los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto ambiental y social de la producción de alimentos, en 2030 habrá más personas obesas en el mundo (1.469 millones) que desnutridas (842 millones).

Producción de fresas en un invernadero.

Producción de fresas en un invernadero. / Pixabay

Más: el actual sistema de producción de alimentos tiene importantes impactos ambientales, incluida la generación de desechos plásticos, erosión del suelo, emisiones de CO2 , eutrofización, pérdida de biodiversidad y degradación de las aguas subterráneas. El cambio climático agrava aún más este problema, haciendo aún más urgente la necesidad de actuar.

Para agravar estos problemas, un tercio de los alimentos producidos en el planeta nunca se consume, y la intensificación del modelo agrícola ha provocado una brecha hídrica significativa y en expansión. Pero abordar esta escasez únicamente desde el lado de la oferta tiene un efecto rebote: amplía esta brecha, como demuestra la disminución generalizada de las reservas de agua subterránea y los lagos.

Evitar consecuencias irreparables

"Es crucial examinar las causas subyacentes de estas prácticas de agronegocios (que cada vez se centran más en las ganancias que en la agricultura) para frenar la creciente desconexión entre el uso y la disponibilidad del agua", recoge el informe.

"En un mundo en proceso de urbanización influenciado por el cambio climático y sus consecuencias inciertas, repensar nuestro enfoque hacia la producción de alimentos se vuelve crucial para abordar la degradación ambiental en curso, mitigar el cambio climático y sostener una población en crecimiento".

El modelo de producción a gran escala impulsado por la sustitución de mano de obra por tecnologías e infraestructuras con uso intensivo de capital, que se ha vuelto frecuente en muchas regiones de tierras secas, ha provocado una "degradación generalizada de los recursos de aguas subterráneas y los sistemas socioeconómicos asociados", resaltan los autores.

Existen "áreas clave" que deben "reinventarse" para transformar los modelos de "riqueza transitoria" basados en la explotación de recursos de aguas subterráneas en catalizadores para el "desarrollo sostenible" en las tierras áridas, indican.

Las medidas propuestas, como la "contención de las tierras irrigadas" y la "promoción de fuentes locales de agua y energía", apuntan a "desafiar las narrativas dominantes y engañosas".

Además, estos esfuerzos deben basarse en la gestión de la demanda de agua a través de la "planificación territorial", ya que es "el único medio para evitar consecuencias irreparables a largo plazo", insisten.

En este sentido, los planes hidrológicos y de ordenación del territorio deben desempeñar "un papel decisivo", señala el estudio. Porque la transición de la "lógica del mercado" a la "lógica natural" no puede ser abrupta.

"En última instancia, es esencial regular las dinámicas de poder dentro del territorio, donde unos pocos individuos se benefician inmensamente de la explotación insostenible de un recurso compartido", concluye el estudio.

Estudio de referencia: https://link.springer.com/article/10.1007/s11269-023-03663-1

.................

Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es