Construcción y clima

Así es como las aulas de Burkina Faso se mantienen frescas a 40 grados

La arquitectura bioclimática permite adaptar los edificios a las temperaturas extremas sin necesidad de usar aire acondicionado

Los expertos en España piden incorporar los “principios de las cuevas” en el diseño de edificios 

Interior del colegio de Burkina Fasso donde se ha evitado el aire acondicionado

Interior del colegio de Burkina Fasso donde se ha evitado el aire acondicionado / Kere Architecture/The Guardian

Verónica Pavés

Verónica Pavés

En Burkina Faso las temperaturas son abrasadoras. En el periodo más cálido del año los termómetros pueden mantenerse a más de 40 grados durante meses y, sin embargo, los colegios y los orfanatos se mantienen frescos sin necesidad de recurrir al aire acondicionado. ¿Cómo lo hacen? La respuesta está en la arquitectura.

Construir edificios adaptados a la realidad climática es una acción que está cobrando cada vez más importancia en todo el mundo. Y es que el cambio climático está empujando a muchas regiones a sufrir temperaturas extremas cuando nunca antes se habían tenido que preocupar por ello.

Pero el calor insoportable no es algo nuevo. En los países más cercanos al Ecuador, las condiciones climáticas han sido siempre extremas –y lo serán aún más debido al aumento de temperaturas globales–, por lo que las soluciones ingeniosas para paliar el calor han estado siempre a la orden del día.

El arquitecto Diébédo Francis Kéré creció en uno de esos pueblos y, tras estudiar arquitectura, ha ideado métodos baratos y sostenibles para mejorar las condiciones de vida de los pueblos afectados por las altas temperaturas.

Usar materiales locales

La escuela primaria de Gando, en Burkina Fasso, construida en 2001, fue la primera gran obra arquitectónica de Kéré. Lo hizo, por primera vez, utilizando materiales que se encontraban en la región, algo que al principio pocos entendieron. “Mi comunidad no entendía por qué quería construir con arcilla cuando en Alemania había edificios de vidrio, tuve que convencerlos de que usaran materiales locales”, relata Kéré en un reportaje elaborado por Èlia Borràs para The Guardian.

Exterior del colegio construido con materiales autóctonos

Exterior del colegio construido con materiales autóctonos / Kere Architecture

El orfanato de Noomdo fue otro de los proyectos de Keré. Según relata el educador social del orfanato, Pierre Sanou, el edificio ha conseguido conservar el fresco en verano y el calor en invierno. "No necesitamos aire acondicionado, lo que supone un increíble ahorro de energía", afirma Sanou.

El arquitecto ha seguido utilizando materiales locales para garantizar su sostenibilidad. “Son edificios permeables que buscan el movimiento del aire natural y la protección del sol. Por ejemplo, se construyen con paredes muy fuertes y techos muy ligeros para que el aire frío que entra por abajo expulse el aire caliente, que sale por arriba”, asegura Eduardo González, miembro de la Escuela de Arquitectura de Madrid.

Otro de los arquitectos que han entendido la importancia de crear pequeños refugios en los edificios ha sido Albert Faus. Él ha sido el responsable de crear el complejo escolar Bangre Veenem en el pueblo de Youlou. Para enfríar la escuela en los largos veranos, utiliza métodos igualmente ingeniosos para enfriar el edificio.

Colegio construido en Youlou

Colegio construido en Youlou / Milena Villalba

Al igual que Keré, Faus ha utilizado materiales que se pueden encontrar en la zona. En concreto, la escuela está construida con ladrillos elaborados con piedra laterítica autóctona. La laterita se moldea con un molde, se seca al sol y se convierte en un ladrillo de color rojo muy intenso. De esta manera no solo logró minimizar los costes del transporte de materiales sino que también pudo dar trabajo a residentes.

Una solución emergente en España

En España la arquitectura bioclimática empieza a ganar peso, aunque por el momento se ciñe a una parte testimonial de todo el parque inmobiliario. Actualmente, la mayor parte de las viviendas necesitan aire acondicionado para poder mantener una temperatura confortable en el interior durante el verano, especialmente en aquellos lugares donde hace más calor.

Según datos de Idealista, en Sevilla el 73% de las viviendas que están en el mercado cuenta con aire acondicionado. En Córdoba alcanza el 71%, seguido por el 60% de las casas de Palma, el 59% de las de Valencia y Madrid, el 58% en Jaén, el 55% en Barcelona, el 54% en Alicante o el 53% de los pisos de Badajoz o Ciudad Real.

Otras comunidades más al norte carecen de aire acondicionado, pero sí cuentan con calefacción o aislamiento térmico para soportar los fríos inviernos. Y en regiones como Canarias, donde las temperaturas son suaves durante todo el año, los edificios suelen carecer de ninguna de las dos fórmulas.

Para los expertos, las soluciones bioclimáticas para regular las temperaturas en edificios y viviendas pasa por la “sofisticación”. “Debemos optar por los diseños bioclimáticos, la inercia térmica e incorporar los principios de las cuevas”, afirma el arquitecto bioclimático, Juan Palop.

Convertir a las viviendas ya existentes en refugios climáticos conlleva a actuar en las cubiertas, es decir, incluir aislamiento térmico con muros exteriores, sellando los suelos e instalar ventanas de doble cristal. En las de nueva construcción, además de tener en cuenta el envolvente, también se deben construir las fachadas hacia la orientación óptima para aprovechar los rayos del sol de la mañana y la tarde, evitando una incidencia directa de los centrales.

Para poder hacerlo se requieren subvenciones que, si bien existen –como el programa de rehabilitación residencial del Plan de Transformación y Resiliencia–, son mucho menos divulgados que los de instalación de placas solares en la cubierta de los edificios, por ejemplo. 

Artículo de referencia: https://www.theguardian.com/environment/2024/feb/29/we-dont-need-air-con-how-burkina-faso-builds-schools-that-stay-cool-in-40c-heat#img-4

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