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PENSAMIENTOS ANIMALISTAS

Abrir los ojos de par en par salva vidas

Abrir los ojos de par en par salva vidas

Existe una costumbre ancestral que sigue practicándose en algunos paritorios del mundo y que hace algunos años era también muy común en España. Consistía en que aquellas madres que parían un hijo del que no podían hacerse cargo, se vendaban los ojos durante el parto para no verlo.

Evidentemente, eso no les evitaba seguir oliéndolo o escuchándolo, por lo que no creo que llegara a aliviarles el infinito dolor que debía suponerles perderlo.

De todas formas, me acordé de esa práctica cuando, hace poco, alguien vino a verme y me contó el caso de una perra que, por no tener, ni siquiera tenía nombre.

No sabía mucho de ella pero le habían comentado que llevaba así desde hacía algunos meses. Me explicó que vivía siempre atada, encerrada en una vieja casa medio derruida y abandonada. El animal tenía como única compañía cuatro paredes, una cancela que siempre estaba cerrada, tres chuscos de pan duro y un cubo de agua verde. Nada más.

Le pregunté que por qué no lo había denunciado nadie antes y me dijo que él se acaba de enterar ese mismo día, pero que mucha gente lo sabía y no había hecho nada.

Le di las gracias y, rápidamente, me marché a por ella.

Me la encontré tal cual me había contado. Me impresionó ver el lugar en el que vivía y el mal estado que presentaba. Delgada, en los mismos huesos, me recibió golpeando su rabo contra el suelo por la emoción de verme, pero hecha un ovillo de puro miedo.

Solté su cadena y, en brazos, me la llevé de allí. Entonces, de camino hacia un albergue donde dejarla, recordé esa vieja historia del principio. Esa costumbre tan humana de cerrar los ojos para no ver lo que no queremos ver y, la verdad, me dio mucha pena porque, en algunos casos como el de esta perra, sólo abriéndolo los ojos de par en par se les puede salvar la vida.

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