Sumar

Yolanda Díaz aprovecha la negociación de las europeas para atraer a otros partidos a Sumar

La formación condiciona los acuerdos de coalición electoral con otras fuerzas a la firma de acuerdos bilaterales

Yolanda Díaz, este jueves en un acto de campaña en A Coruña.

Yolanda Díaz, este jueves en un acto de campaña en A Coruña. / EFE

Ana Cabanillas

Yolanda Díaz se asegura el control de su nuevo proyecto y reduce la presencia de otras formaciones en su dirección a un 30% de los asientos. La dirigente busca que la construcción de Sumar esté participada por partidos como pueden ser IU, Más Madrid o los comuns, y los tiempos juegan a su favor para poder lograrlo. Las elecciones europeas del 9 de junio abren ahora una fase de negociación de la coalición y diseño de las listas electorales, un escenario que Sumar considera una palanca a la hora de lograr los acuerdos políticos con otras organizaciones.

A cuatro meses de los comicios, todas las formaciones tienen en el horizonte la próxima cita electoral y ya hay negociaciones iniciales sobre la candidatura de las europeas, con las peticiones de algunos partidos como Compromís para ocupar puestos destacados en las listas. En Sumar son conscientes de este contexto y creen que puede jugar a su favor, de manera que las negociaciones para concurrir juntos en junio vayan condicionadas a que los distintos partidos firmen un acuerdo previo de colaboración con Sumar. Una manera de asegurar que Yolanda Díaz cumple su objetivo de crear una confederación de partidos de la que valerse para construir su propio proyecto. Así, algunas voces de la coalición admiten que el calendario de Yolanda Díaz está estrechamente vinculado a las europeas, que son un "incentivo" para las formaciones a la hora de vincularse políticamente a Sumar.

Vincular los acuerdos

El Documento Organizativo presentado este jueves presentaba a Sumar como un proyecto distinto a las organizaciones tradicionales, aunque la realidad es que Yolanda Díaz ha diseñado los órganos clásicos de los partidos: dirección -grupo de coordinación-, ejecutiva -grupo ejecutivo- y líder -coordinadora general- y se ha asegurado el control de la dirección, donde cede un espacio simbólico a los otros actores que ya le acompañaron en la coalición de las elecciones generales y cuya alianza quiere revalidar y dar vocación de permanencia.

Este movimiento, que consiste en diseñar su proyecto como una suerte de confederación de partidos, se encamina a dos objetivos. El primero es dotar de mayor legitimidad a su nuevo proyecto, que estará bajo el control de la líder gallega pero que exhibirá una apariencia de pluralidad clave para su construcción pública. Es también una forma de dar cauce interno a las críticas que pueden venir de otras formaciones y organizarlas en lo que Yolanda Díaz definió este miércoles como una "disidencia ordenada" dentro de Sumar.

El segundo objetivo de esta fórmula consiste en valerse de las estructuras organizativas y territoriales ya existentes para aumentar su capacidad política. Este elemento resulta clave para Sumar, que carece de estructuras políticas y territoriales, aún más estando a las puertas de una campaña electoral de ámbito nacional donde Sumar necesita los recursos y mecanismos de los partidos ya implantados territorialmente. La apuesta de Díaz pasa por vincular la coalición para concurrir en coalición a las europeas con un acuerdo de colaboración con Sumar que perdure más allá de la cita electoral de junio.

Vías de colaboración

En su propuesta de organización, que se aprobará definitivamente en la I Asamblea del 23 de marzo, Sumar contempla dos vías de colaboración con otras formaciones políticas y ambas conllevan la firma de un acuerdo bilateral de colaboración.

La primera consiste en que estas fuerzas aliadas participen activamente en Sumar e integren a sus representantes en la dirección de Yolanda Díaz, tanto en su dirección como en su ejecutiva, a cambio de que reconozcan a la militancia de Sumar -que paga cuota- como iguales a la hora de tomar decisiones vía votación. Una fórmula donde entraría Izquierda Unida como principal fuerza estatal del espacio, y donde también estarían Equo, Más Madrid y Catalunya en Comú. Estas dos últimas, por estar adscritas a un territorio específico, negocian ya las condiciones para convertirse en la referencia política de Sumar en sus respectivos territorios.

La segunda vía consiste en la mera colaboración, consistente en acordar la "acción política conjunta" con otras fuerzas, previa firma de "protocolos de colaboración", que pueden incluir la apertura de militancias de estas formaciones a "procesos y electorales que se estimen de interés mutuo". En este modelo podría entrar por ejemplo Compromís, según avanzan fuentes del partido, que hasta ahora ha rechazado de plano su integración en Sumar y ha rechazado estar en el Gobierno. Otras fuerzas como Chunta Aragonesista o Mès per Mallorca podrían tener también cabida en este apartado.