Todas las claves

¿Aragonès convocará elecciones en Cataluña tras quedarse sin presupuestos?

La principal ventaja para ERC es que, a diferencia de su principal contrincante en el flanco independentista, ya tiene candidato

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. / EFE

Júlia Regué

Pere Aragonès se fijó el reto de compensar su minoría parlamentaria con la aprobación de tres presupuestos consecutivos. Pero los Comuns, sus socios hasta la fecha, se han plantado por el Hard Rock y han echado al traste las opciones de terminar la legislatura estrenando unas cuentas públicas que abrirían la precampaña electoral. Aragonès ha mantenido hasta hoy que quiere agotar el mandato, eso es, en febrero de 2025, pero en el Palau de la Generalitat y en ERC crecen las voces que apuestan por un adelanto de las elecciones que, de convocarse ahora, se celebrarían el 12 o el 19 de mayo. Estas son las claves que influyen en la decisión:

El candidato de Junts

La principal ventaja para ERC es que, a diferencia de su principal contrincante en el flanco independentista, ya tiene candidato. Aragonès fue coronado para acabar con el debate interno que desató la amnistía sobre si Oriol Junqueras debía volver a la primera línea política en cuanto fuera exonerado. Junts, en cambio, mantiene vivo el debate. La presidenta Laura Borràs está inhabilitada por amañar contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) y, al igual que Junqueras, el secretario general Jordi Turull sigue fuera del juego institucional.

Así que en JxCat dan por descontado a Josep Rull como candidato de facto, aunque Carles Puigdemont podría ser el cabeza de cartel sin opciones de gobernar. Sea como sea, no hay una decisión oficial, así que un adelanto electoral cogería a los posconvergentes con el pie cambiado y se verían obligados a llegar a las urnas sin ver los efectos de la amnistía, sin el regreso del expresident, sin la ley sobre el traspaso de competencias en inmigración y sin el catalán siendo oficial en la UE, sometidos al primer examen sobre los pactos con Pedro Sánchez.

El PSC y el caso Koldo

El retraso en la aprobación de la amnistía en el Congreso de los Diputados impactó en los planes de Sánchez, pero todavía más el estallido de una trama de corrupción que salpica a las filas socialistas: el caso Koldo. En los peores episodios de la pandemia, el candidato del PSC Salvador Illa, era ministro de Sanidad y hasta la fecha no se conoce ningún contrato vinculado a la trama por parte del ministerio que lideraba. Fuentes socialistas remachan que Illa no tuvo contacto con los investigados, pero varias formaciones le han pedido que dé explicaciones para estrechar el cerco sobre él. La corrupción fue la principal bandera de Sánchez para desbancar en 2018 a Mariano Rajoy, y hay temor a que hurgue en el declive de las siglas en otras autonomías, aunque Cataluña viva aislada y por ahora el PSC encadene ya tres victorias consecutivas: las catalanas, las municipales y las generales.

ERC busca sacar rédito al caso Koldo, mientras en el PSC abundan en que Illa es un candidato ya reconocible por el electorado y bien valorado por su "responsabilidad" en la oposición, aunque le faltan aliados para gobernar si gana. ¿Los pactos de Sánchez con ERC y Junts le garantizarán un aliado si gana? Está por ver.

El Hard Rock de los Comuns

Los Comuns han entrado ya en campaña durante la negociación de los presupuestos dispuestos a marcar perfil ecologista, un espacio que ven huérfano por el aislamiento de la CUP en el tablero político, la disposición del PSC al Hard Rock y las dudas en ERC sobre el casino. Para los morados ir ahora a unas elecciones no es una mala idea: ya no gobiernan Barcelona, se relanzan como proyecto político marcando perfil y tienen la campaña elaborada contra republicanos y socialistas por la falta de acuerdo en los presupuestos.

Esquerra, por su parte, aliñará el mensaje de que los morados han sido "irresponsables", hurgando en que contribuyen a mantener "los recortes de CiU", como ya deslizó el president en una entrevista en El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica, para disputarse votos y tratará de ganar simpatías entre sindicatos y patronales que urgían a la aprobación de las cuentas públicas.

La amnistía, la financiación y la sequía

¿Con qué iría ERC en el programa? Con dos asuntos que impactan directamente en el Congreso y la compleja mayoría que sustenta a Sánchez. Esquerra y Junts pugnarán por hacerse con la paternidad de la amnistía, pero también por el modelo de financiación. Aragonès presentará su propuesta "singular" en los próximos días y Junts pule una propuesta propia. Pero, más allá de esto, los republicanos pueden defender obra de gobierno tras la ruptura en el Consell Executiu, algo que los posconvergentes buscarán tapar con la bandera independentista.

Precisamente, en la gestión de la cotidianidad de la administración catalana, se encuentra otro de los argumentos a favor del adelanto electoral: sortear el desgaste de las duras restricciones por sequía que se avecinan en Cataluña este verano.

Las europeas y el cuarto espacio independentista

Una de las ventajas de adelantarse a febrero de 2025 es evitar que las elecciones europeas, con Puigdemont como candidato, impacten en el resultado de las catalanas. Si Aragonès convocara cuanto antes, podría evitarlo. Ahora bien, no tendría tiempo de dejar cocer el cuarto espacio independentista que, dadas sus pocas opciones de obtener representación, puede mermar los resultados de JxCat. ERC mira al centro para rascar voto al PSC mientras Junts quiere taponar fugas hacia la extrema derecha independentista, la ANC y el experimento de su excompañera de filas, Clara Ponsatí.

Aragonès no es un hombre que se mueva por impulsos, sino más bien por decisiones meditadas. Con todas estas cartas sobre la mesa, ¿le temblará el pulso o pulsará el botón para el adelanto electoral?

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