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Queridos feonautas

Cuando veo a Ruth Núñez -«Yo soy Bea», Tele 5 - con su boquita de lata, sus cejas como los gañanes de Andrés Pajares , sus rebequitas que tanto sarpullido le producen a la divina Bárbara , rubia de la muerte, superficial y absurda, estupenda Norma Ruiz que hace grande y entrañable a su desquiciante personaje, cuando veo a Ruth Núñez con su traje de faena, convertida en Bea , preparada para acudir a la comida con los padres de Álvaro , es decir, con Titina , remilgada y elegante, y veo que se ha puesto sus mejores trapos, o sea, un vestido con chorreras blancas y un jersey rosa de punto, sé que la tragedia hará estragos. Ya no tengo duda. Cuando hace una semana vi a los dirigentes del PP enganchados en Madrid, esta vez sí, a la manifestación, y vi a Ana Botella eufórica sonriendo al lado de su marido, y vi al propio José María Aznar eufórico, sonriendo, y vi que Mariano Rajoy , como Bea cuando se pone nerviosa por asunto de amores, no sabe qué hacer con los ojos, con la lengua, y mete la primera y suelta que ellos sí están contra el terrorismo, que ellos sí quieren acabar con ETA, lo complejo se hizo simple. Son como Titina, la madre de Álvaro, recuerden, remilgada, con conciencia de clase, sabiendo que Bea quiere de verdad a su hijo pero incapaz de aceptar que su hijo se case, llegado el caso, con su secretaria.

Se lo dijo Titina a Bea en la escena del baño, donde las dos coincidieron. Escúchame, Bea, le dijo la señora, apuntas muy alto, tú eres lista, pero justo por eso has de reconocer que mi hijo está fuera de tu órbita, cada cual en su sitio, donde le corresponde, la vida es así, has de buscar un hombre de tu misma clase social, de tu barrio, un camarero, un albañil, quizá un corredor de seguros. Luego, en la soledad de su pisito, Bea correrá al ordenador y con ojos empañados escribirá sus sentimientos. Queridos feonautas, dice su voz entrecortada. Pues lo mismo. Titina se quitó la careta. El PP también. A la mierda la lucha contra el terrorismo. La lucha es contra el Gobierno, y todo vale, incluido el uso desvergonzado que hacen del terrorismo. Un asco. Van a conseguir, si no lo han hecho ya, que el valor inmenso de la protesta callejera, de un arma civil y pacífica, de uno de los rasgos que caracterizan a las sociedades democráticas como son las manifestaciones, tengan el valor de una deflagración flatulenta. La calle está para usarla, pero con tacto, prudencia, y sensatez. De lo contrario pasará como les pasa a las estrellas de las últimas hornadas de «Operación Triunfo». Salvo los muy fieles apenas las conoce nadie. Cansan. Pierden su eficacia como sistema de promoción. La cosa ha perdido tanta credibilidad que hasta en un anuncio de detergente, y sin venir a cuento, una de las comensales se levanta como las locas y, ante la estúpida preocupación de otro comensal que manchó su camisa un poquito, ella, en mitad del restaurante, coge algo parecido a un micrófono y con cara y cuerpo sensuales, mirándole, canta, Wipp ExpressÉ Grotesco.

Para no ver televisión que se ahoga en el vómito tóxico de la televisión hay que moverse por geografías al otro lado del río inmundo. Queridos feonautas, vean, si pueden, «Sabor de hogar», que presenta Antxine Olano en La Sexta. No hay polígrafo. Ni cacatúas que hablan, mientras picotean en el estiércol, de Isabel Pantoja , ni monstruos salidos de las cocinas de la industria mema amparados por el cielo de tormenta de los platós donde viven cretinos de mucho predicamento, ni por asomo sabe nadie, ni se le busca, quién es Paloma García Pelayo , ni chichiribailes de su verborrea, ni obreros holgazanes de un periodismo cínico y estrafalario, fruto de sociedades aburridas y enfermas. Pará, pará, callá, callá, me dirían los actores de «Floricienta», esa serie asombrosa de personajes en estado de histeria permanente a los que trato de seguir algunas tardes en La 2 pero no lo soporto, es superior a mis fuerzas, me cansa el lequillo del argentino llevado al extremo, y me lío con tanta señora tintada de rubio que dice tenés, andate, manito, laburo, y pará, pará, y eso que me gusta la diversidad fonética, la riqueza sonora del español. Además, redundando que es gerundio, el guapito Benjamín Rojas hace doblete, o sea, se quita el uniforme colegial de «Rebelde Way» y se pone el de adolescente un poco macarrilla para «Floricienta». Queridos feonautas, estamos rodeados. Pero si pueden, vean «Sabor de hogar». Es una revista matinal con buenas maneras, que ya es mucho. Y está Carmen , una mujer que podría ser una de las criaturas que se inventa Juan Carlos Ortega , el de Cuatro en «La noche americana».

La otra mañana, hablando con Antxine, Carmen mostró su preocupación por si estaba preñada, hija, que anoche hubo jaleo, sí, sí, qué embestidas, qué berraco de marido tengo, aunque fue visto y no visto porque tenemos que hacerlo rápido, que mi niño, como tiene miedos, entra de golpe y se mete en la cama, pero mujer, decía la presentadora, si tu hijo tiene ya 26 años, ya, hija, ya lo sé, pero qué vamos a hacer, prefiero que se mee en mi cama que no en la suya, y es tan rico, así que eso, que como las embestidas son tan profundas para acabar pronto, pues nada, que siento vida dentro, yo no sé si es por los bífidos activos de José Coronado , que también me pone mucho, o porque de verdad espero familia. No conocía la sección, y me cautivó el personaje, ocurrente, simpático, nada ofensivo, otra forma de entender las mañanas. Pero el espíritu del Wipp Express corre de cadena en cadena. Me suda la polla, gritaba un elemento el domingo pasado andando por el búnker de Antena 3 en gallumbos. Es una calienta pollas, decía el tipo marcando paquete en esa jaula en la que, como era de esperar, la unanimidad se aleja por segundos. Ximo Rovira , con todo el equipo, ha claudicado. En «Unan1mous» han metido la tercera a la desesperada, eligiendo cortes de una convivencia macarra y deslenguada por si, además de paquetes, levantan a la audiencia. Ah, Cuatro prepara «X Factor», la «Operación Triunfo» de la cadena. ¿Quieres ganar una carrera musical , preguntan a la audiencia. Queridos feonautas, o te agarras al micrófono o te apañas una pancarta. O te manifiestas o te manifiestan.

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