El cambio que se ha producido con el desembarco de Aqualandia en Terra Mítica no se ha hecho esperar ni un segundo. Es un cambio que va mucho mas allá de la remodelación de espacios, de la creación de unas zonas verdes más amplias y confortables que las existentes con anterioridad y que los nuevos explotadores califican de "oasis", de la revisión y refuerzo de seguridad de las atracciones o de la fórmula de financiación, contratación y venta de su propia imagen y producto. El cambio que mas profundamente está calando en los comentarios que suscita el parque es un giro de ciento ochenta grados en cuanto a su forma de promocionarlo y su relación con Benidorm.

Los anteriores gestores, basados en unos erróneos conceptos de márquetin se habían decantado por eliminar, totalmente al principio y notablemente más tarde, el nombre de Benidorm de sus campañas y motivos publicitarios. Decían que el nombre de Benidorm estaba desgastado y que reflejaba un espacio de escasa calidad que no se compaginaba con la gran brillantez cualitativa del nuevo parque, cuyo éxito conseguido por sus iluminados gestores queda bien acreditado por la entrada en barrena de su economía motivada por el descenso de sus ingresos, unos sueldos desproporcionados por la elite de amigos y correligionarios y un desconocimiento bien acreditado de un negocio tan complejo como la dirección de un parque para el que no habían conseguido, en tiempos del proyecto, socios tecnológicos que se plegaran a las urgencias políticas y electorales que marcaban unas prisas alejadas de cualquier previsión adecuada.

Ahora, la nueva empresa inicia su andadura uniendo estrechamente el nombre de su marca al de Benidorm demostrando un conocimiento del mercado que permite inducir que un nombre conocido internacionalmente puede sumar y no restar propagandas positivas a un parque que enriquece la oferta del ocio de un lugar turístico puntero propiciando el conjunto de parques temáticos mas completo de Europa al ser explotado conjuntamente con unos super acreditados Aqualandia y Mundomar que nunca funcionaron de espaldas a Benidorm sino formando parte de su estructura turística y promocional.

En la inauguración de esta nueva etapa se escuchó, en muchas ocasiones, la referencia a Benidorm en los parlamentos inaugurales. Se llegó a asegurar que Benidorm era "el mejor socio tecnológico" del parque al aportar a sus otros atractivos el renombre de una ciudad sumamente acreditada en el mundo turístico nacional e internacional.

Y no quiere decir esto que la empresa haya despreciado a Finestrat, donde también ocupa parte del terreno, como ya ha dejado caer algún malintencionado. No. Ni mucho menos. La estrategia no tiene tintes localistas ni competenciales sino, exclusivamente, visión comercial y de futuro. Si Terra Mítica puede integrarse con éxito en el trinomio que compone con Aqualandia y Mundomar, sería impensable que no aprovechara el tirón turístico de una marca acreditada como la de Benidorm para beneficiarse de su poder de atractivo.

Mi escasa capacidad para ejercer de adivino me impide predecir lo que ocurrirá en un futuro próximo con el cambio de titularidad y explotación del parque pero los atisbos de cual puede ser el itinerario a seguir, con anuncio, incluso, de la posibilidad de dotar al complejo de alojamientos adaptados a las necesidades y exigencias de la clientela, como ya ocurriera en Disneyiland París, que se salvo de la ruina inicial gracias a la inyección que le supuso la construcción de hoteles en su complejo, permite una considerable esperanza. Un futuro impredecible pero que, alimentado por la experiencia que aportan los nuevos explotadores, permite dosis de optimismo que nunca, hasta ahora, habían suscitado Terra Mítica y sus originales y escasamente acertados, modos de funcionamiento.