El conflicto sirio nos debe preocupar a todos al menos por tres razones aunque habrá otras: la crisis humanitaria que está causando y que no nos puede dejar indiferentes, la posibilidad de que los arsenales de armas químicas caigan en manos descontroladas y la eventual extensión del conflicto a otros países de Oriente Próximo. Aparte de los treinta mil muertos que se estima han caído ya en los combates, el conflicto sirio ha obligado a huir de sus hogares a muchos ciudadanos pillados entre el fuego cruzado de rebeldes y leales al régimen. Solo de Alepo han escapado 200.000 vecinos. Se calcula que 150.000 personas han buscado ya refugio en los países vecinos. Lo que para los sirios es un drama humano, para los países vecinos es un quebradero de cabeza.

Otro motivo de preocupación es la existencia de arsenales de armas químicas y biológicas en manos del régimen sirio. Aquí no hay ambigüedades. Se trata de gas sarín, gas mostaza y el agente nervioso VX. Bachar al-Asad ha reconocido tener estas armas aunque su portavoz ha matizado que solo las utilizarían "en caso de agresión exterior" y no contra los insurgentes. No basta. Obama ha advertido que su uso sería en cualquier caso inaceptable y que el que las utilice deberá rendir cuentas a la comunidad internacional. No solo preocupa que se usen, aún preocupa más que caigan en manos de grupos terroristas que pudieran tratar de utilizarlas en otros lugares como Europa.

Eso nos lleva al tercer motivo de preocupación que es la posibilidad de que la crisis siria se extienda a los vecinos y provoque un conflicto generalizado en una región explosiva. Catar, Arabia Saudí, Turquía se decantan por los rebeldes mientras que Irán, Líbano y los movimientos Hezbollá y Hamas apoyan al régimen. Chinos y rusos quieren dejar que los sirios arreglen solos sus problemas sin interferencias externas. Israel está muy nervioso pues aún ocupa el Golán y teme que los arsenales sirios acaben en manos de Hamas y de Hezbollá, que son sus enemigos jurados en un momento lleno de incertidumbres en el que no se sabe cómo va a evolucionar Egipto, si Irán quiere o no dotarse de armas nucleares mientras estrecha su relación con Damasco.