Con casi todo en contra el acoso de la Liga, la torpeza administrativa propia, las lesiones, el Hércules firmó ayer un esperanzador comienzo de Liga y silenció con orden, máxima entrega y rachas de buen juego el ruido extradeportivo que rodea permanentemente al club. Frente al primer candidato al ascenso como es el Zaragoza un equipo con mucho hueso y varios jugadores de Primera el conjunto alicantino supo sobrevivir y reeditó las buenas sensaciones de la pretemporada con un empate que casi sabe a victoria. A pesar de sus múltiples bajas Ortiz, Eldin, Dioni, Campos Toro, Ferreiro, el bloque tiene el sello de Quique Hernández: equipo compacto y equilibrado, muy ordenado en defensa, intenso en la presión y dispuesto para el toque y el juego de asociación. Con un generoso derroche físico de todo el grupo, volvieron a destacar los dos Héctor: Yuste aguanta al equipo con mucha presencia y Font se encarga del trabajo fino y de tejer el fútbol. Dentro del buen tono general, también sobresalió Aitor, seria competencia para Ortiz. En el lado negativo, la falta de pegada de Portillo y de Sardinero, que pudieron sentenciar. Con todo, el equipo ilusiona. Es la hora de que el herculanismo corresponda con abonos.