Todo el mundo es libre de decidir, si su economía se lo permite, si en un momento de su vida opta por la sanidad pública o por la privada, o por la educación pública o la privada. La defensa de la existencia de un sistema público no está necesariamente en contradicción con que uno elija tratarse una enfermedad en una clínica privada o lleve a sus hijos a colegios de pago, porque abogar porque todos tengamos garantizado que vamos a ser atendidos en hospitales del sistema nacional de salud, sea cual sea nuestra dolencia, o educados en la escuela pública, no nos obliga nada más -y nada menos- que a contribuir con nuestros impuestos al sostenimiento de la sanidad y la educación públicas y de calidad. Otra cosa, que es por lo que este periódico publicó y criticó en sus páginas el ingreso de la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, en una clínica privada de Benidorm, es que el argumento sea confrontar lo público con lo privado y señalar con el dedo a cualquier personaje más no menos relevante que, en uso de su libertad individual, quiera verse lo suyo en la privada, cuando, y este es el caso de la dirigente socialista, no ha predicado precisamente con el ejemplo. Aunque a algunos este asunto pueda parecerles una cuestión menor, no lo es ni mucho menos porque pone de relieve lo que más daño político le está haciendo al PSOE desde su derrota en las urnas: me estoy refiriendo a la credibilidad. De la misma manera que el reproche de Valenciano contra el Rey por no recurrir a un hospital público hace aguas por falta de coherencia, al ser ella la primera que recurre al sector privado para la educación de sus hijos o para tratarse una infección respiratoria, la estrategia global del PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza, frente a la crisis no resulta creíble para la inmensa mayoría de los ciudadanos porque no se puede abanderar la lucha contra los recortes del PP cuando Zapatero fue el primero en meter la tijera a todo lo que le ordenó la UE. Y menos si se fue cómplice desde la primera fila de la bancada del gobierno.