«La Comunidad Valenciana no ha cumplido con el objetivo de déficit este año, de acuerdo, aunque ha sido la que más ha ahorrado. Pero es que tampoco lo va a cumplir el próximo. Mientras no se arregle lo de la financiación, así van a ser las cosas. ¿Qué van a hacer? ¿Cortarnos el grifo y que dejemos de pagar? ¿Intervenirnos? Políticamente, no pueden». Ese es el discurso que, en privado, con algunas expresiones en público, han empezado a hacer por tierra, mar y aire los miembros del Gobierno autonómico que preside Alberto Fabra. Es la rebelión silenciosa, el «obedezco, pero no cumplo», de los altos funcionarios de las Indias frente a las órdenes que les llegaban de las Españas. Nada que objetar a que no se hagan nuevos recortes y a que se plante cara a Madrid, pero todos de golpe con el mismo argumentario suena a algo más artificial de lo que parece.