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José Emilio Munera

La Cofradía del Perdón

En el inicio de la Semana Santa, el Elche eligió la cofradía del perdón. Hasta seis ocasiones claras -con un penalti incluido- mandó ayer al limbo el conjunto franjiverde y dejó pasar una oportunidad de oro para puntuar en Mestalla, uno de los escenarios en teoría más complicados de la categoría. En un partido igualado de principio a fin, con un Valencia reservando energías para la semifinal de la Liga Europa, el equipo de Escribá se volvió de vacío por su mala puntería, por su falta de acierto en el remate. Durante todo el curso ha sido una constante la dificultad del cuadro ilicitano para causar peligro, para generar ocasiones, pero ayer no fue el caso. Frente a un rival rebajado desde la alineación por las rotaciones -descansaron de inicio Alcácer, Keita, Feghouli y Fede y no fue ni convocado Mathieu- y bajo de tensión, el Elche se encontró cómodo para defender y para atacar. Especial mención para Coro, que estuvo en casi todas las acciones ofensivas, además de anotar el gol del empate, y dio un recital de movilidad y visión de juego para asistir a sus compañeros, sobre todo a Cristian Herrera, que sigue peleado con el gol. De modo que Fidel, el propio Coro, Cristian a dos metros de Guaita y Carlos Sánchez, que mandó alto un balón a un metro de la portería, pudieron poner por delante a los franjiverdes en la primera parte. Ya con menos llegadas, pero con la misma claridad, el equipo se permitió el lujo en la segunda de desperdiciar un penalti -Damián telegrafió el lanzamiento a la izquierda del portero- y otra oportunidad clamorosa en el minuto 85 de Boakye, que volvió a disponer de apenas un cuarto de hora para buscarse la vida en el área contraria pese a su gol milagroso al Getafe. Menos ocasiones tuvo el Valencia, que se aprovechó de una asistencia involuntaria de Míchel para marcar el primero y de un despeje defectuoso de Damián en el segundo. Sólo en el tramo inicial de la segunda mitad fueron superiores los de Pizzi cuando cargaron por la derecha -como toda la tarde- y crearon superioridad por esa banda y en la parcela central en una fase en la que los franjiverdes se habían destensado tras la lesión de Botía, el hombre que más carácter imprime en la zaga. En ese tramo, el Elche dejó maniobrar al Valencia, encajó el segundo y perdonó por dos veces el empate a dos. Próxima estación penitencial, el Calderón este Viernes Santo.

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