Si nos bajan más el sueldo...

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico alerta en su informe de perspectivas de empleo para este año de que bajar más los salarios sería "contraproducente" y crearía pobreza. Y tanto. Lo curioso del tema es que tenga que venir la OCDE a decirnos lo que todos sabemos.

Desde pequeñita aprendí que había que estudiar y trabajar duro para ser alguien en la vida (léase tener un buen puesto de trabajo y ser recompensado por ello, entre otras cosas). Ahora, arrancando la treintena, con la mochila llena de títulos a la espalda y casi diez años haciendo lo que me gusta y para lo que me preparé tanto tiempo, aún sueño con tener una nómina de cuatro cifras. Y esto no es lo peor. Lo verdaderamente delirante es que en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir soy toda una afortunada. Muchos, con igual o mayor capacidad que una servidora, hacen cola a las puertas del Servef o pasan sus días trabajando en algo que no les llena con el único fin de subsistir. Cada noche, al acostarse, piden a su Dios -sea el que sea- que alguno de los cientos de currículums enviados esa semana caigan en manos de algún dirigente comprensivo que levante el teléfono y les ofrezca el trabajo de su vida. Pura ilusión. Sueños que se desvanecen al concluir una nueva jornada de anhelos incumplidos. Y es que algo que debería ser la regla (que alguien ejerza el trabajo para el que se ha preparado y reciba una compensación digna y acorde con él) en la mayoría de los casos es pura utopía.

Mientras, los que mandan alardean de las mejoras logradas y tiran balones fuera. "España no baja los salarios", sentencia nuestro ministro de Economía. Yo no sé si la culpa es de nuestro país, de la Unión Europea o de San Pedro bendito. Lo único que sé es que si nos siguen apretando las tuercas esto va a acabar como el rosario de la aurora; o peor.