Ana Patricia Botín se ha convertido en la presidenta del Banco Santander. Seguramente, por muy preparada que esté, eso no hubiera sido posible de no ser la primogénita de las cuatro hijas y dos hijos de Emilio Botín. Pero quizá, aunque concurriesen ambas circunstancias (preparación y primogenitura), tampoco hubiera sido posible si no fuera porque los tiempos actuales lo permiten (al menos, en este lugar del planeta). En los principios del siglo XX, por ejemplo, sería casi impensable. Pero no caigamos en la tentación de creer que el simple paso del tiempo es lo que ha permitido y permitirá que avancemos.
«No te desesperes. Es cuestión de tiempo. Ya verás cómo en unos años cambia la situación». Estoy más que harta de escuchar ese argumento cuando denunciamos la escasa presencia de mujeres en importantes instancias decisorias o en las carreras universitarias técnicas, por ejemplo. Si ahora las mujeres accedemos a espacios históricamente vetados a nosotras es porque otras los abrieron antes. Disfrutamos de conquistas sociales ignorando cómo se produjeron y quiénes las protagonizaron. Y esa ignorancia nos debilita y dificulta el avance. El camino de la igualdad está abierto desde hace años, sí, pero lo más importante es que hay que conocerlo para poder seguirlo, para que no se pierda y para ensancharlo. Las generaciones de mujeres que nos precedieron consiguieron muchas cosas y han de saberse para avanzar desde aquí y no desde cero, como parece ocurrir siempre con la historia de las mujeres; para, como dice mi amiga Isabel Rodes, «romper lo silenciado y no parezca que en cada generación nos despertamos de un sueño y encontráramos que, mientras dormíamos, los hombres lo han hecho todo».
La socióloga Rosa Cobo advierte que la memoria histórica es un instrumento necesario en la construcción de una subjetividad política (un «nosotras») que tenga como finalidad la irracionalización del sistema de dominación patriarcal y que por esta razón es percibida como peligrosa, porque al rearmar ideológicamente a las mujeres e introducir en la vida pública y política un principio permanente de sospecha sobre la distribución de recursos y la apropiación del poder por parte de los varones, constituye una amenaza para la hegemonía masculina.
Con este propósito de recuperar la memoria de los hechos de las mujeres y de su lucha por la consecución de sus derechos se ha constituido la Asociación Museo de Hechos y Derechos de las Mujeres. Su presentación pública será este próximo viernes 19 de septiembre en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, en el marco de una jornada feminista de reflexión e intercambio de ideas, titulada: «Ayer y hoy del feminismo. De las olas a las mareas». Va por nosotras. Por todas. ¿Te apuntas?
