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Un relato de doce meses

Hace ahora doce meses las elecciones autonómicas y municipales consagraron un cambio político y social en la Comunidad. Después de veinte años de gobiernos del PP, la izquierda volvía a la Generalitat. No lo hacía con un ejecutivo monocolor. Retornaba con un gabinete a dos bandas y en pie casi de igualdad entre los socialistas y Compromís. Situación inédita en las más de tres décadas de autogobierno. Una coalición que, además, tomaba el mando, con diferentes socios, en la mayoría de las grandes alcaldías. Las encuestas son la radiografía de un momento. De un instante. Pero unidos y enlazados, los detalles de la primera parte del sondeo publicado por INFORMACIÓN y Levante-EMV, desde luego, empiezan a trazar un relato de lo que ha ocurrido en el último año y, además, también marcan líneas de lo que a su vez puede pasar en los próximos meses.

Sigue la desconfianza. Los valencianos suspenden la situación política y económica tanto en España como en la Comunidad. Signo evidente de que continúa la desconfianza en la clase política para solucionar los problemas de los ciudadanos y articular una salida creíble a la crisis. Una sensación de hartazgo que, además, también sugiere la última encuesta del CIS cuando apunta a un aumento de la abstención de cinco puntos de cara a la cita del 26-J.

El empuje de los jóvenes. El nuevo Consell de izquierdas gana posiciones. Mejora en valoración. Y lo hace, sobre todo, gracias al empuje de los jóvenes. No es una cuestión menor. Ni mucho menos. Sugiere que el bipartito formado por los socialistas y Compromís concentra sus simpatías en una de las franjas de edad más golpeadas por las políticas del PP en Madrid. Eso le concede un punto de fortaleza traducido en la fidelidad de los votantes. Compromís, por ejemplo, es la formación que mejor conserva a su electorado: el 85% declara que les volvería a votar.

El «agujero» de Alicante. El Consell tiene un problema: Alicante. Aunque por apenas cuatro décimas, es la única provincia de la Comunidad en la que el gobierno de izquierdas todavía suspende. Eso puede significar que la estrategia de Ximo Puig de «coser» el territorio para intentar vertebrarlo ha detectado el punto débil aunque, por ahora, no consigue dar sus frutos. Pero también que el despliegue de la Diputación -principal institución en manos del PP- como ariete frente al Consell todavía resiste.

Oltra crea un espacio. Apenas doce meses después de llegar al Consell, Mónica Oltra ha logrado crear un espacio político propio. Tiene una marca -Compromís- , una imagen pública -su nivel de conocimiento es casi similar al del presidente Ximo Puig-, es la preferida por los valencianos para liderar el Consell y ya se ha hecho con la referencia de la izquierda seduciendo al electorado del PSPV y de Podemos. Todo para llegar a 2019 en condiciones de ocupar el Palau.

¿Cambios en el Consell? El hundimiento de Podemos como marca de corte regional sin una estructura como partido y con un liderazgo débil como el de Antonio Montiel avanza movimientos internos: no están aprovechando su apoyo externo al Ejecutivo de Puig y Oltra para crecer. Todo lo contrario. Compromís y una leve mejoría de EU les devora. Fuentes autonómicas dan por seguro que Podemos tendrá que iniciar tras el 26J un debate sobre su entrada en el Consell.

La catarsis socialista. La izquierda crece y consolida su mayoría en las Cortes pero los socialistas siguen con su particular declive. El resultado da la razón a los críticos con Puig. Le acusan de seguidismo a Compromís y preparan la batalla para un congreso del PSPV que se perfila como una catarsis interna.

Incierto liderazgo de Bonig. La encuesta pone muchos interrogantes sobre el liderazgo de Isabel Bonig. Sólo en Alicante los ciudadanos la equiparan a la figura de Oltra. En Valencia y Castellón queda por debajo de la número uno de Compromís y eso deja tocada su capacidad para encabezar con opciones la lista del PP en 2019.

Ciudadanos se estanca. La gran noticia para el PP es que C's -su competidor directo por el centro derecha- se estanca. Sin liderazgos más allá de la figura omnipresente de Albert Rivera, la formación naranja parece tocar techo. Y eso abre la puerta a los populares para intentar recuperar parte de los votos que se les fugaron hace un año y en diciembre, un proceso que podría empezar el próximo 26-J.

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