La conexión ferroviaria de las dos grandes ciudades de la provincia con el aeropuerto de El Altet es una reivindicación permanente a lo largo de los últimos años, acrecentada si cabe más con el crecimiento del número de pasajeros que llegaron el pasado año hasta la terminal donde se superaron los doce millones de usuarios. Ser la única infraestructura aeroportuaria de toda Europa que no cuenta con accesos por tren supone un demérito que deberíamos erradicar cuanto antes. A nadie se le escapa que las inversiones estatales en infraestructuras seguirán estando mediatizadas por la recuperación económica y por la coyuntura política imperante, pero el guante lanzado por el profesor Armando Ortuño en el Club INFORMACIÓN el pasado lunes para que, a través de la variante de Torrellano y con un coste de 50 millones de euros, la vía férrea llegue hasta la terminal aérea no debería caer en el olvido. Tal y como reflejó el experto ingeniero, ahora es el momento de planificar la propuesta que supone una solución pragmática y realista a un proyecto mucho más ambicioso y que en una segunda fase supondría incluir hasta una parada en la EUIPO (la OAMI para quienes no estén familiarizados con la nueva nomenclatura). Si no se aprovecha la oportunidad, nos podemos encontrar con obras de modernización de la línea que podrían retrasar durante muchos años la llegada del tren al aeropuerto. La decisión está en manos del Ministerio de Fomento, pero para que no vuelva a suceder lo mismo que ha ocurrido tantas y tantas veces, que al dejar las decisiones en manos de los políticos que están tan alejados del territorio se ejecutan verdaderos planteamientos absurdos, la sociedad de la provincia debe enarbolar la idea y exigir a sus representantes que se planten en Madrid a reclamar la ejecución del proyecto y en Valencia para que la Generalitat haga causa común. Alejados de localismos, de partidismos y de ventajismos, porque ninguno de estos planteamientos son válidos en esta ocasión, al igual que no se entiende muy bien que entre las 200 medidas de la actualización del Pacte del Botànic no se incluya esta reivindicación y sí otras sobre diferentes líneas ferroviarias entre diferentes puntos de la Comunitat. Si perdemos este tren, el próximo tardará muchas décadas en volver a pasar.
