En Ciudadanos estamos acostumbrados a tomar decisiones difíciles a la par que transcendentales.

Difíciles porque en muchas ocasiones nuestro posicionamiento no es el que desearían algunos, nuestro posicionamiento es el mismo tanto si lo tomamos en A Coruña o Almería como en Gerona y Cáceres.

Hay políticos populistas que piden para sus comunidades la mejor financiación, las inversiones más inverosímiles (ya estamos acostumbrados a aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches y otras aberraciones pagadas con el dinero de los españoles), y nos obligan a tomar decisiones que ellos provocan para que nuestros conciudadanos crean que votamos contra ellos.

Pero lo cierto es que los españoles no son tontos y saben cuándo se les dice la verdad y cuándo se les miente.

Por ejemplo, esta semana un partido presentó una moción en el Senado en la que piden la liberalización inmediata de la concesión de la autopista AP-7. Pero ¿cuánto nos costaría a los españoles esta medida? ¿No sería más económico y menos gravoso para los bolsillos de los ciudadanos esperar al 2019, año en el que finaliza la concesión? En Ciudadanos no estamos de acuerdo en que se produzcan más rescates de autopistas, a que se privaticen los beneficios y se socialicen las pérdidas.

No se puede decir una cosa según la comunidad donde te encuentres. Yo quiero una financiación justa para mi comunidad, que no se nos tenga en la cola de las inversiones del Estado, pero también quiero que haya una financiación justa en el resto de España.

Hemos demostrado que sabemos dialogar, negociar y llegar a acuerdos, incluso con los que no piensan como nosotros. Muestra de ello son nuestros acuerdos con el PSOE y con el Partido Popular, en los que miramos por los logros que iban a alcanzar los españoles antes que a quién teníamos enfrente.

Son decisiones transcendentales, porque gracias ellas hemos logrado la gobernabilidad en muchas regiones españolas y hemos logrado acabar con la incertidumbre y que haya Gobierno en nuestro país.

Hemos conseguido un acuerdo para que España tenga Presupuestos, reformas y estabilidad. Unos Presupuestos que suponen el final de los recortes, aumentando las partidas en educación y en sanidad, y que significan una mirada al futuro para España gracias a un crecimiento en la inversión social y en I+D+I.

Unos Presupuestos para devolver a los españoles el esfuerzo que han hecho estos años. En definitiva, unos Presupuestos para apoyar a la clase media y a los trabajadores, a los autónomos y a los parados de larga duración.

Es por ello que estoy orgulloso del trabajo que estamos haciendo en nuestro partido y convencido de que los españoles, maduros en democracia, sabrán valorar positivamente nuestras valientes decisiones.