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Manolo Alarcón

¿A quién le da la razón?

Un técnico del Consell se reunió esta semana con urbanistas y promotores en Torrevieja para anunciarles que se ha acabado ese tiempo de vino y rosas en el cual cada ayuntamiento hacía la guerra por su cuenta a la hora de levantar chalés, bungalós, rascacielos, urbanizaciones o adosados, según su real gana, y gracias en algunos casos a planes urbanísticos que llevaban aprobados décadas y que los políticos, con su inestimable colaboración, se habían encargado de modelar a golpe de modificación interesada. Ya se sabe, eso siempre es más interesante, rápido y jugoso que plantear un nuevo PGOU. La idea que se les planteó en ese encuentro es que el territorio se tiene que entender como algo mayor que un municipio y que uno no puede ir, por ejemplo, por la costa de la Vega Baja, desde Guardamar a Pilar de la Horadada, encontrándose con modelos distintos. Desde aquel que ha mantenido el centro urbano como si el tiempo retrocediera, al que ha preferido las casitas de baja o media calidad o el que ha optado por el caos, sin servicios, sin infraestructuras, pero con muchos millones de euros de beneficio y un lastre que tendrán que pagar los que compraron pensando que lo hacían en el paraíso. Decían los técnicos que, además, si la comarca de la Vega Baja tiene la huerta más grande de Europa no era posible que algunos ayuntamientos de interior y que no suman más de 5.000 vecinos estuvieran proponiendo planes para triplicar y cuadriplicar población con el argumento de que son la segunda línea de costa. Para entender lo bien que ha funcionado este modelo de urbanismo en la Vega Baja sólo hay que tener en cuenta que en los años más duros de la crisis, que lo ha sido especialmente en el sector del ladrillo, las estadísticas sobre venta de vivienda de segunda mano o de nueva construcción, tanto a nivel provincial, autonómico como nacional, han seguido colocando a Orihuela Costa (que ya es más grande que Orihuela) y a Torrevieja como líderes del mercado.

En cambio, algunos urbanistas consideran tras aquel encuentro que el Consell no puede limitar la autonomía a los municipios con planes de acción territorial como el propuesto y que el turismo se ha convertido en un motor socioeconómico de gran influencia y relevancia. Añaden que no se puede poner de acuerdo a todos los ayuntamientos sobre cómo crecer en conjunto, que eso es imposible porque son de muy distinto signo e intereses.... Y usted, ¿a quién le da la razón?

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