Está muy bien, de cara a la galería, que los integrantes de Salvem el Mercat afirmen que pararán el proyecto si el gobierno municipal cambia de color en las próximas elecciones. El problema, a mi entender, es que ninguna empresa va a iniciar una actuación de este calibre -la adjudicataria ha depositado un aval de 610.000 euros- sin tener todas las garantías que habrá una indemnización alta en caso de que las obras no se lleven a cabo. No sabemos la cláusula de penalización, pero lo lógico es que exista; los empresarios no se andan por las ramas.
Por otra parte, si el ejecutivo de Mercedes Alonso ha seguido los trámites tal y como marca la ley, ¿cómo se va a pedir responsabilidad patrimonial a los ediles que aprueben el proyecto? Otra cosa sería que se hayan saltado a la torera decisiones como el rechazo del pleno del PRI para la zona del Mercado. El PP perdió la votación al no contar con el apoyo de su exconcejal Cristina Martínez. Pero también hay que recordar que la Junta de Gobierno tiene potestad de sacar adelante iniciativas como la que se apruebará hoy o dentro de una semana,y que Mercedes Alonso ha tirado de la misma a los ediles que se oponían, los llamados díscolos o incómodos. En fin, por una parte hay mucho oportunismo político de la izquierda para sacar tajada de un gobierno municipal en retirada. Por el otro, es muy sospechoso que Alonso se meta en un berenjenal que le puede quitar, en teoría, más votos que le puede dar. Ante todo habría que pedir un consenso que ahora no existe. Y, sobre todo, que si no se hace la obra que no lo paguen los bolsillos de los ilicitanos.
