Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mariola Sabuco

Opinión

Mariola Sabuco

La cura

Pese a que fue en 1906 cuando a Santiago Ramón y Cajal se le reconoció con el premio Nobel por sus trabajos sobre las neuronas y el sistema nervioso; el cerebro humano, más de un siglo después, sigue siendo un gran desconocido para la ciencia y la medicina. El retraso que lleva la investigación de este ordenador natural -único órgano en el cuerpo humano sobre el que no cabe trasplante alguno-, unido al progresivo envejecimiento de la población provoca que enfermedades degenerativas como el alzhéimer o la demencia se sufran como la peor de las muertes, la de vivir sin poder recordar lo que es que uno esté vivo. Como la tecnología actual permite que una analítica de una gota de sangre o de la médula puedan detectar estas enfermedades degenerativas precozmente, nos encontramos, gracias a los avances científicos, con personas que a los 50 años se saben inmersas en una deriva sin futuro, ya que hoy por hoy son enfermedades sin cura, sin medicación efectiva, de las que se desconoce el origen y para las que se recomienda lo mismo que en el siglo XIX aconsejaban los galenos para combatir el mal de amores: buena alimentación, ejercicio físico, vida tranquila y actividad social y viajera. En algunos casos, además, una aspirina después de las comidas. Me preocupa que se esté invirtiendo tanto en investigación para las máquinas, en inteligencia artificial, cuando no hemos resuelto estos graves problemas para los seres humanos, pero supongo que detrás de esto está el hecho de que es más negocio cuidar a estos enfermos dependientes que lograr una cura.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats