Mis palabras de agradecimiento son para Armando Miguélez, profesor de la Universidad Miguel Hernández y especialista en estudios hispanounidenses por haberme invitado al acto de investidura como Doctor Honoris Causa al poeta chicano Tino Villanueva por la UMH y al escritor y profesor de la UMH Jose Luis Vicente Ferris por la estupenda presentación que le hizo al poeta en la laudatio. Es la primera vez que una institución española de educación superior, la Universidad Miguel Hernández de Elche, otorga un título doctor Honoris Causa a un escritor/poeta chicano. Sin duda, es un título merecidísimo para Tino Villanueva.

La presencia de Tino Villanueva en la Universidad de Elche significa un acto de afirmación a una cultura que él acepta como propia. Doctor en literatura española y estudioso de la Generación del 27, Tino Villanueva lleva muchos años viniendo a España. Aquí se siente como en casa. Hay citas y dedicatorias repartidas por sus libros a poetas españoles de renombre e incluso versos prestados. De todo ello, ha dejado constancia en su extensísima producción poética.

La personalidad de Tino Villanueva (San Marcos-Texas 1941) responde al prototipo de la generación de los 60 en Estados Unidos, al estilo de Méndez, Hinojosa o Rivera, de persona curtida y responsable, que se hace a sí mismo en un medio, el americano, que le es adverso y en ocasiones muy hostil. La honradez, lealtad y sencillez completan el perfil humano de este poeta.

Es junto con los poetas Alurista, José Montoya y Laly Delgado referente obligado del despertar chicano y uno de los primeros poetas de importancia que usa indistintamente el inglés, el español y chicanismos en una rara combinación que desafía la lógica.

Tras pasar unos años pizcando el algodón en el norte de Texas y realizando diversos trabajos ?Tino Villanueva trabaja en una fábrica de muebles en San Marcos desempeñando varios oficios, se alista en el ejército donde es enviado al canal de Panamá? posteriormente es contratado en diversas universidades americanas, como la Suny Buffalo State y Universidad de Boston, combinando la docencia con la creación estética verbal.

Tras haber publicado 5 libros de poesía, Hay otra voz poemas (1972, bilingüe), Shaking off the dark (1984, bilingüe), Crónica de mis peores años (1987, español), Primera Causa (1999, español) y Scene from the Movie Giant (1993, inglés) con el que ganó el American Book Award for Poetry) llega su sexta entrega, Así habló Penélope (2013, inglés), reeditada por el Instituto Franklín-UAL y traducida al español por Nuria Brufau Alvira, que ya cuenta con una tercera edición y es una obra muy celebrada por la crítica. Además, es prologuista y compilador de una antología chicana titulada Chicanos: Antología histórica y literaria.

Así habló Penélope es un poemario riguroso, inteligente y sagaz que ensancha su horizonte poético incorporando temas mitológicos (el mito de Odiseo Y Penélope) y enlazando así con nuestra poesía más señera. Así habló Penélope es preciso y directo de principio a fin. Mantiene el pulso lírico necesario para la ilación poética. Nada queda fuera del propósito inicial, que es recrear la figura olvidada de la Penélope de Ulises.

Desde el punto de vista formal, las casi 102 páginas se agrupan en 32 poemas que siguen un orden lineal y cronológico. Tino Villanueva cede la voz protagonista a Penélope; de ahí toma el título del primer poema Así habló Penelope; personaje fundamental de la Odisea, una mujer paciente y estoica que supo esperar a su marido Odiseo por veinte años, mientras él regresaba de una guerra larga y ella tejía y destejía un paño de lana.

Dice el poemario: «Habrá habido mujer que como yo haya esperado, esperado y esperado, y, que de no hacerlo, tanto haya arriesgado- la horrible privación de un marido?» «¿Cuántas mujeres, me pregunto, como yo han sabido esperar, como yo junto al mar, con el corazón azorado y devoto?» ( La Espera, Poema II)

En esos treinta dos poemas se va pasando revista, con precisión y brillantez, a los estados de ánimo de la mujer de Ulises que suspira y llora por la ausencia de su marido. A veces se desespera, otras es paciente como en La espera, otras es presa de la duda como en A su tiempo o Contra todo pronóstico. Si algo tiene en común es que no actúa con ingenuidad sino con una clara conciencia del destino urdiendo el tiempo y tejiendo la historia como un haz de hilos.

Frente a la imagen de una Penélope callada y sumida se alza una mujer resistente, y rectora en ese frágil correlato entre Odiseo y su esposa. Sus palabras surgen de la necesidad de comunicarse, de ser oídas y meditadas, de esperar al otro y de recuperar el pasado también.

Odiseo es un norte en la vida de Penélope: «Odiseo, esposo al que amo hasta la luna» ( Sueño de Vigilia Poema XXVI), «hombre al que quiero como una mujer lo hace solo una vez». ( Veinte Años de Espera Poema XXXII)

Poderosas imágenes salpican el libro: «el mar» como espejo del paso del tiempo o la representación de «la tela o el paño» como una manera de escapar del tiempo: «seguiré mirando el mar en busca de Odiseo» ( Resplandor que perdura Poema VIII); «Un día me azacané del alba al atardecer y luego hasta que la luz matinal volvió a brillar, en seguir tejiendo?Ahora cuando la punzada de la ausencia es demasiado intensa, cuando el cansancio del porqué-seguir-esperando me desgasta, lo busco para satisfacer mi mirada enamorada» ( Todo Color, Todo Tela Poema XIII)

Con Así habló Penelope Tino Villanueva completa un ciclo que se había iniciado con Hay otra voz poemas /Other Voice Poems y ratifica su lugar entre los poetas más sobresalientes de la literatura chicana.