Hay personas que suman, y otras que restan. Por otro lado, hay otras que ni hacen lo primero, ni tampoco lo segundo, pero no molestan al menos. La evolución de las sociedades depende de que el número de personas que la componen hagan más lo primero, que es sumar, que restar los aspectos positivos que aportan a la sociedad los primeros. Y los que restan son aquellos que, o bien que no hacen nada, con lo cual lo que hacen es restar por no incorporar a la sociedad la suma de su esfuerzo para conseguir una evolución de la misma, así como los que cometen ilícitos penales, e ilícitos civiles que conllevan perjuicios a otras personas con esa actuación incorrecta que causa importantes daños individual y a la sociedad en general.

También hay otros que cometen infracciones administrativas, o infracciones laborales, graduándose el daño que hacen a la sociedad en razón a la mayor relevancia del daño. Así, entre todos los incumplimientos, e infracciones, que hacen algunas personas, si al final del año hacemos una estadística con respecto a todas estas actuaciones y las metemos en un paquete comprobaremos si la sociedad ha podido evolucionar en positivo, o ha podido haber restado su crecimiento colectivo en base a las infracciones o incumplimientos individuales de las personas que, bien no aportan nada a la sociedad, o bien que contrarrestan a aquellos otros que han hecho lo posible durante el año por sumar en la productividad de los resultados a nivel nacional. Por eso resulta muy complicado en el devenir de la sociedades poder crecer si el número de personas que optan por aportar actitudes para frenar el crecimiento, y practican intolerancia incluso para que otros lo hagan, así como actuaciones absolutamente negativas que entorpecen el buen funcionamiento de una sociedad.

Algunos podrían pensar que los que realizan actuaciones individuales positivas lo hacen por egoísmo, o por cuestión de crecer ellos mismos, pero eso es absolutamente legítimo, aunque con independencia de que ello sea cierto, esa actuación individual positiva de un crecimiento personal, al final lo que supone es un crecimiento colectivo, porque la suma de todas esas aportaciones y actuaciones individuales positivas hacen crecer a la sociedad.

Sin embargo, existe una creencia de que hay que hacer daño y actuar también en contra de los que aportan en positivo a la sociedad con independencia de que lo hagan también para que sea un crecimiento personal. Y a las personas que trabajan con gran esfuerzo y que crean sociedades y negocios particulares -es decir, trabajo, para el buen funcionamiento de la sociedad no se les puede sancionar ni perjudicar para limitar y poner el freno de su aportación positiva al resto de la sociedad, sino que lo que hay que hacer es apoyarles, ayudarles y no sancionarles por el esfuerzo que están haciendo de que la sociedad evolucione y sea mejor cada día.

Con ello, la protección tiene que ser más hacia los que aportan, que no a los que restan con su actitud, o desgastan al final a toda la colectividad y a la sociedad en general, porque, si es al revés, ello supondrá la creencia de que no supone nada el esforzarse para ser mejor y aportar a la sociedad y que restar, o no hacer nada, puede tener, incluso, algo de positivo. Así, esta imagen que se refleja a veces es absolutamente importante para transmitir a todos los que suman que sea su conducta correcta, y que esa actuación va a ser respetada y protegida por la sociedad en general, que es a la que hacen sumar, y no restar. Cada uno es libre de actuar como le parezca bien o mal, pero lo que debemos cuidar siempre es el esfuerzo, la dedicación, la iniciativa, el sacrificio, las ganas de ser mejor y el espíritu de crecer, no a lo que patrocinan todo lo contrario. Porque si es al revés, poco favor le hacemos a la sociedad, ya que nunca crecerá con los segundos, sino al revés, se hundirá, y siempre lo hará con los primeros. Solo hace falta ver a los países de nuestro entorno del primer nivel cómo se han desarrollado y ahí tendremos la respuesta a la tesis de apoyar a los que quieren aportar y ser mejores, dando ejemplo al resto de que esta es la actitud, no la de los brazos caídos, o la de esperar que alguien te arregle tu actitud negativa de restar? como si hubieras hecho el esfuerzo de sumar. De ser así es claramente injusto y poco ejemplarizante al resto.