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Las crónicas de Don Florentino

Juan Carlos Padilla Estrada

El mejor momento de la Historia

La Humanidad está en su mejor momento.

-Vamos a ver? ¿de qué frenopático se ha escapado usted, doctor Manero?

-En modo alguno, don Florentino. Hablo con seriedad y conocimiento de causa. Como usted sabe, yo soy médico.

-Bueno? era, era usted médico.

-Se vuelve usted a equivocar. Porque médico no se deja de ser. Como sacerdote, maestro o periodista. Incluso después de muerto.

-Bueno? parece que está hoy usted combativo, don Federico.

-Ese no es el concepto, Florentino. Es que tengo algo que decir. Y lo digo.

-Adelante pues, amigo mío.

-A día de hoy la expectativa media de vida en el planeta es de 71.4 años. Y la mortalidad infantil está situada por debajo de 48 por mil nacidos. La tasa global de alfabetización es del 86%. Compare, compare con hace 10, 20 o cien años. Estos indicadores no han hecho más que mejorar.

-Pero sigue habiendo una enorme desigualdad.

-Ciertamente. Pero si la comparamos con los tiempos pasados, las cosas han mejorado intensamente. ¿Recuerda usted la Edad Media?

-No, francamente no.

-Yo le diré, entonces. En aquellos tiempos la pirámide social era extensísima. Solo el 5% de la población pertenecía a clases libres, mientras la inmensa mayoría eran siervos de gleba, cuyo horizonte era trabajar en el campo y colaborar con sus diezmos en el mantenimiento de la nobleza, los reyes y sus luchas de poder.

-Bueno.., hay quien ve la situación actual parecida a la de entonces.

-¿En serio? ¿Alguien puede asimilar aquel horror con la actualidad, con los hospitales de hoy en día, las escuelas, las universidades para todos, las carreteras llenas de autos, las casas con agua caliente, televisión y aire acondicionado? Creame si le digo, amigo Florentino, que cualquier obrero del siglo XXI vive mejor que el rey más poderoso del siglo XVIII.

-Bueno, amigo mío? eso parece arriesgado... Pero, en cualquier caso, ¿por qué los humanos siguen teniendo la percepción de que las cosas no van bien?

-Esa es una buena pregunta. Quizá le pueda contar la historia de la rana y el agua caliente.

-¿Perdón?

-Mire usted, amigo mío. Si metemos a una rana en una olla y calentamos el agua poco a poco, la rana se va quedando adormecida, aclimatada y acabará pereciendo por calor. Pero, como el cambio ha sido lento, no ha reaccionado. En cambio, si introducimos a la misma rana en una olla con agua a sesenta grados dará un salto y se librará de la muerte.

-Entiendo poco.

-Mire: Si trajésemos a Felipe II a una casa del PAU 5, con su agua corriente, su ascensor, su aire acondicionado, su televisión, su ordenador con internet, su garaje con dos coches? Si le lleváramos de viaje en avión a la República Dominicana en siete horas, si le diéramos un teléfono móvil con el que comunicarse en tiempo real con el otro lado del mundo, si le tratáramos su gota con Alopurinol, si le curáramos sus infecciones con antibióticos, su miopía con lentillas y su ansiedad con Loracepam? ¿Quiénes serían para don Felipe los reyes?

-¿Quiere usted decir que la lenta conquista de beneficios nos ha hecho inmunes a ellos?

-Algo así. Porque es muy humano el habituarse, asumir como cotidiano lo extraordinario y percibir como normalidad aquellos logros obtenidos por la lucha de nuestros antepasados, su ingenio y su sacrificio.

-Comprendo?

-Pero además es que los hechos negativos suelen prevalecer sobre la cotidianidad positiva, incluso sobre los avances tecnológicos, sanitarios o sociales. Y eso, que es humano, no es lo mejor para nuestra propia percepción.

-¿Sabe, doctor? Creo que tiene usted bastante razón. Los humanos actuales son afortunados de haber nacido en este tiempo. Pese al coronavirus.

-Que no le quepa a usted duda alguna.

-¿Y cree usted que eso se va a mantener en el tiempo? ¿Que los que vienen detrás lo serán aún más y más los siguientes?

-Buena pregunta, don Florentino. Que tiene una sola respuesta.

-Pues usted dirá.

-Dependerá de ellos mismos, de su esfuerzo y su actitud. Si los humanos se levantan cada día con la idea de cuidar y mejorar el mundo, el progreso seguirá. Si no? Felipe II les volverá a parecer el colmo de sus aspiraciones.

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