Desde hace casi dos meses, España y el mundo viven una situación insólita de confinamiento por culpa de un virus que está causando estragos en todos los países. Nunca ninguna sociedad se había visto ante un problema similar y con tal extensión y virulencia. No hay antecedentes ni hay libro de instrucciones.

Ante un enemigo tan potente es necesaria la unidad de todos. La divergencia política es necesaria y legítima, pero hay que establecer prioridades. El enemigo principal es la pandemia, tiempo habrá para el debate político. Ni este Gobierno ni ninguno ha sido perfecto en su gestión. Tampoco ninguna oposición y, recordemos, ésta es Gobierno en algunas de las CC.AA. más afectados en el tema y, curiosamente, teniendo las competencias autonómicas transferidas desde hace años.

La sociedad española espera más unión entre todos y que nadie se confunda de enemigo. La batalla está empezando a ganarse. Es inconcebible que, por intereses partidistas, las derechas más extremas junto a los independentistas catalanes, se nieguen a seguir apoyando al Gobierno para que la situación de alarma se prolongue. Cómo se puede preferir el caos que ello supondría con tal de desgastar al Gobierno?. Venzamos al virus y, después, debatamos sobre aciertos y errores propios y ajenos que, como en la viña del señor, hay para todos.

Estos días, con el paulatino desconfinamiento, por franjas horarias y territorios, acompañado por la necesaria reducción de infectados y fallecidos, asistimos a un progresivo retorno a ésa nueva normalidad a la que parece que vamos encaminados.

Y es necesario que salgamos también juntos y con las menos victimas posibles. La experiencia de la anterior crisis, de la que muchos aún no se habían recuperado, y que gestionaron los que ahora tanto critican, por cierto, debe obligarnos a sumar esfuerzos para posibilitar una rápida y justa recuperación en el menor tiempo posible.

Y también hay que aprender de lo que nos está pasando. De la necesidad de reforzar lo público frente a los cantos de sirena de unas derechas que siempre han priorizado el aspecto económico, especialmente de algunos, antes que la rentabilidad social para el conjunto de la población. Se debe priorizar en lo más necesario para todos y no en ésa política de escaparate a la que nos venían acostumbrando.

Habrá que prestar más atención a la solidaridad, la convivencia, el respeto al entorno, etc. Muchos Ayuntamientos e instituciones están planteándose cómo adaptar sus municipios a esta nueva realidad. Los proyectos de peatonalización, de creación de espacios de convivencia y mayor disponibilidad de recursos más adecuados para nuestros mayores y para todas las poblaciones de riesgo, así como la lucha contra la pobreza y la exclusión social deben ser prioritarias ahora.

Uno de los pocos efectos positivos de esta situación actual ha sido la reducción de la contaminación urbana en España. En un reciente estudio de Ecologistas en Acción se nos dice que, desde el 14 de marzo al 30 de abril pasado, se ha reducido en un 58% en las 26 principales ciudades españolas. Curiosamente en ésa relación no aparece Elx, ya que no tiene ninguna estación medidora en un entorno urbano representativo. Y es curioso porque hace unos años sí la tenía, pero desapareció. Así no se mide ninguna contaminación y tan frescos. Ahora se dice que se piensa en resolver esta deficiencia. Es increíble que una ciudad que aspira a ser Capital Verde Europea 2030 no pueda medir las emisiones urbanas. Ojos que no ven, corazón que no siente. Pésimo ejemplo. Debe instalarse de inmediato y en calles con mucho tráfico para su comprobar su impacto.

En este mismo orden de cosas y, mientras ciudades como Barcelona, Valencia y hasta Madrid, anuncian planes para aumentar el espacio peatonal, reduciendo el tráfico de coches, en Elx parece haberse quedado en un estricto "confinamiento administrativo-político" el proyecto tan largamente demorado de la peatonalización de la Corredora. Se dijo que se empezaría después de las fiestas de agosto, para que no afectaran a su desarrollo. Algún comentario municipal reciente hablaba de que, por la paralización administrativa en el Ayuntamiento, podría verse afectado alguno de los proyectos relacionados con la Corredora. Sería una muy mala noticia y confirmaría sospechas sobre la real voluntad de llevarla a cabo. Cuanto antes se aclaren las dudas con este proyecto, mejor.

Es tiempo de trabajar todos juntos. El virus es el enemigo, el Gobierno será el adversario pero ahora es el tiempo de colaborar frente al enemigo común. Podemos vencerle si no hay traiciones ni deserciones.