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Vicente Magro Servet

Opinión

Vicente Magro

Personas más vulnerables con el covid

Si hay algo muy claro tras el Covid es que ha hecho más vulnerables a las personas que «ya eran vulnerables», y ha convertido en «vulnerables» a muchos que no lo eran antes del 14 de marzo de 2020. Y aquí es donde se incluye a los que han perdido sus puestos de trabajo, o pasado a la suspensión de sus contratos, y a los titulares de locales de negocio a los que, sin embargo, no se les incluye como colectivos vulnerables en el RD 15/2020, pese a que lo son claramente, ellos y sus empleados, y con una gran vulnerabilidad, al ser centros de trabajo que mueven un gran volumen del empleo en este país.

Además, al ser ésta, en principio, una crisis sanitaria a la que se ha añadido la económica, porque se ha convertido el problema médico en una crisis económica también, y grave, lo cierto es que los denominados colectivos más vulnerables son dos, tanto los económicos, y otros más graves que están formados por los grupos de población con mayor riesgo de enfermedad grave, constituidos principalmente por personas de edad avanzada con enfermedades crónicas y patologías previas, muchos de los cuales han fallecido por no soportar sus reducidas fuerzas y vulnerabilidad previa la dureza de la carga viral del Covid-19.

Según el Centers for Disease Control and Prevention (CDCP) de EE UU , de acuerdo con la información y a la experiencia clínica disponible actualmente, lo constituyen, personas de 65 años en adelante y personas que viven en hogares de ancianos o centros de atención de largo plazo. Otras condiciones de alto riesgo que podrían incluir a personas con enfermedad pulmonar crónica o asma moderada o severa, personas con afecciones cardíacas graves y personas inmunocomprometidas, incluido el tratamiento del cáncer.

En una guía que publicó el Ministerio de Sanidad el 26 de abril de 2020 de preguntas y respuestas sobre el Covid-19 se recoge que «Los principales grupos vulnerables son los mayores de 60 años, y aquellas personas diagnosticadas de hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, inmunodeficiencias, y embarazadas por el principio de precaución. También se consideran más vulnerables las personas que viven o trabajan en instituciones cerradas, con especial atención a las personas mayores que viven en residencias. Otras personas, como las que fuman o las que tiene obesidad, también parecen tener mayor riesgo de tener una enfermedad grave».

La diversa afectación del virus en las personas según la carga viral ha provocado que los perversos efectos del virus hayan sido distintos, desde la inexistencia de síntoma alguno, hasta la más grave que ha provocado la muerte de muchas personas con o sin patologías previas, lo que agrava el peligro del virus, lejos de la levedad de las consecuencias que se habían anunciado en un principio, porque la afectación del virus se ha manifestado de muy distintas maneras y grados en sus víctimas. Y han muerto muchas personas que no tenían que haber muerto, como los sanitarios que han muerto para salvar la vida de otros, lo que les convierte en héroes que siempre tendrán que ser recordados. Y agradecidos por su entrega.

Pero, por otro lado, el virus ha producido tremendos efectos negativos en algunas facetas de la vida, como son la violencia de género y aquellas personas que estaban afectadas por una especial situación de vulnerabilidad con carácter previo al 15 de marzo, fecha de inicio del confinamiento. Y ello, porque esta situación de prohibición de movilidad libre ha provocado que el encierro amparado en el artículo 7 del Real Decreto 463/2020 haya incrementado en muchos aspectos esta situación de vulnerabilidad de aquellas personas que ya lo eran antes del 15 de marzo.

Así, los psicólogos han alertado de que las consecuencias psicológicas del confinamiento provocado por el coronavirus han sido muy graves, habida cuenta que la permanencia durante dos meses en los hogares sin poder salir a la calle nada más que en actividades esenciales suponía un auténtico lastre psíquico para personas que ya tenían determinadas afectaciones personales que se han visto agravadas por las medidas gravosas provocadas por el estado de alarma.

Además, la situación económica provocada por la pandemia también ha provocado que personas que tenían su actividad laboral perfectamente enfocada hayan pasado a una situación económica lastrada por los efectos de la suspensión de los contratos de trabajo, o la imposibilidad de volver al puesto de trabajo que antes tenían.

Ello ha hecho necesario una legislación proteccionista que ha prestado especial incidencia en aquellas personas que antes tenían la calificación técnica de vulnerabilidad y que se ha acentuado con la crisis de la pandemia, además de aquellas otras que se han producido durante el estado de alarma, creando la vulnerabilidad, precisamente por las medidas adoptadas a raíz de la letalidad y gravedad en el contagio del coronavirus.

Sea como fuere, toda esta crisis sanitaria en principio, ha provocado una crisis económica y personas que antes eran vulnerables ha hecho que lo sean más y ha convertido en vulnerables a quienes no lo eran antes del 15 de marzo. Todo un auténtico caos lo provocado por este virus del que habrá que salir cuanto antes con el esfuerzo de todos. Ahora tenemos más medios que en 1918 cuando la gripe anterior. Esperemos que tengamos las mismas fuerzas, ganas y cabeza que se tuvo para salir de aquella.

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