?Caramba, don Florentino€ ¡usted viendo la televisión! Eso es un acontecimiento.
?No tanto don Manuel. De vez en cuando€ recuerdo que hace algún tiempo introdujeron el color€
?Lo dicho, ¡un acontecimiento! ¿Qué es eso que está viendo, esa algarabía de gentes disfrazadas?
?Escrache, amigo mío. Se llama escrache.
?Usted me perdonará, don Florentino, pero en mis tiempos no existía nada de eso. Muy al contrario, la calle la dominábamos como si fuera el salón de casa.
?Lo recuerdo, sí. Pero esto de los escraches es moderno: se trata de acciones que tienen como objeto intimidar a personajes públicos convocando una multitud en su domicilio.
?¿Me está usted diciendo que ese griterío de tipos envueltos en la bandera de España es un método de protesta contra alguien€ y delante de su casa?
?Así es, don Manuel.
?Pero esto es un horror. Las protestas no se pueden extraer del ámbito político para llevarlas al personal, y mucho menos al familiar. ¿Qué culpa tendrán los hijos de esas personas?
?Vamos a ver, señor Fraga. Esto viene de cuando los señores de Podemos comenzaron con estos despreciables actos, como mecanismo de rechazo popular de ciertos políticos, que eran casta, vivían en mansiones, dejaban de contribuir a las arcas públicas€ en fin€ la encarnación de todos los males.
?Mala cosa la de señalar defectos ajenos€ nunca se sabe cuándo se pueden volver propios.
?Así parece, don Manuel. Con el devenir del tiempo parece que aquellos querubines se han mudado a casoplones, dejaron de pagar cotizaciones sociales, pisan moqueta y viajan en coches oficiales.
?¿Eso es a lo que entonces llamaban casta?
?Afirmativo.
?¿Y son ahora ellos los receptores de esos escra€, o como se diga?
?En efecto. Ahora los de enfrente, envueltos en banderas de España y jaleados por no se sabe quién, se presentan ante sus casas y les regalan caceroladas y serenatas de imprecaciones e insultos varios.
?¿Y cómo reaccionan los mentados?
?Pues el líder del asunto, un tal Iglesias€
?¡Tiene guasa la cosa!
?Sí la tiene. Decía que el tal Iglesias reacciona señalando objetivos de sus adversarios para escrachar, y usted me perdonará el palabro.
?¿En serio?
?¡Como lo oye! Ha hecho tres propuestas para que sus seguidores devuelvan el agravio.
?¿A eso es a lo que se llamaba y tú más u ojo por ojo?
?Eso es, don Manuel, una absoluta mezquindad, más después de reconocer que no es ese el procedimiento de la lucha política. Pero otro de los compañeros del mentado llegó aun más lejos: Los escraches son buenos o malos en función de quien los hace.
?Argumento casi irreprochable, ¡por el amor de Dios! ¿Sabe usted cual fue el mejor legado de transición democrática, amigo Florentino?
?No, don Manuel.
?Pues fue la reconciliación. El que los españoles dejáramos de zurrarnos cíclicamente.
?Pues me temo que ese maravilloso logro ha sido dinamitado con posterioridad. Porque se ha instalado en la ciudadanía el "y tú más", la confrontación, la revisión de lo que ya estaba amnistiado por la historia. Ha vuelto la España de los que llevan una bandera frente a los que quieren reescribir el pasado, los rojos y los fachas, de toda la vida.
?Eso ha sido la gran lacra de nuestro país desde hace siglos, y parece mentira que aun no hayamos escarmentado. ¿Pero sabe una cosa, amigo mío? Los escraches son cosa de matones. Y tanto da que lleve una bandera o una camiseta del Che. No dejan de ser matones€ y ninguna razón les puede asistir.
