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Manolo Alarcón

APUNTES

M. Alarcón

Gladiator en San José

¿Estamos para celebrar un año de gobierno progresista? El PSOE y Compromís creen que sí y ayer rompieron la paz del complejo cultural a golpe de banda sonora y promesas.

Quizá ni era el momento ni había nada que celebrar y menos en ese escenario. Ayer el PSOE y Compromís se citaron en el complejo cultural de San José para reeditar el pacto que llevó hace un año de nuevo a Carlos González a la Alcaldía de Elche y contar en qué están trabajando, que es prácticamente lo mismo que nos dijeron en aquella ocasión sin que la justificación de la pandemia y el innegable esfuerzo económico en materia social que se está haciendo desde las arcas públicas locales sirva de justificación para vender lo mismo que entonces se hizo.

Si no hay grandes logros en estos doce meses (además de licitar la Corredora), ¿de qué sirve volver a prometer lo mismo que hace un año y menos ahora que, coronavirus de por medio, no existen garantías para saber cuándo saldremos de esta? ¿Qué se gana repitiendo a los periodistas cuál es su modelo de ciudad si no avanzamos en él? ¿para qué recordarnos que el Consell nos debe 45 millones si hemos sido incapaces de cobrarlos los dos últimos años, que fue cuando el president Ximo Puig anunció en Elche que nos los devolvería y las cosas iban entonces infinitamente mejor que ahora?

No sé de quién fue la feliz idea de ayer pero llevan camino de repetirse en 2021 y 2022, cuando se cumplan dos y tres años de este mandato fruto de la unión de las fuerzas progresistas. Dudo que para entonces el discurso difiera mucho del que ayer escuchamos. Un pacto el de Elche que permite gobernar con una cómoda mayoría a los socialistas y que seguirá sin contratiempos hasta 2023 porque enfrente hay una oposición que apenas ha demostrado que tenga capacidad para inquietar a la estabilidad del equipo de gobierno, ni en las formas ni en el fondo que utiliza, y que ni siquiera logra poner nerviosos a algunos concejales que ni están ni se les espera, como tampoco a varios ediles de la oposición.

Y un par de consejos, si me lo permiten los organizadores. No vuelvan a poner megafonía. Si por algo es conocido el complejo cultural de San José es porque en él tiene su sede la biblioteca municipal. Todo su entorno está cubierto de carteles que nos recuerdan que silenciemos los móviles al llegar. Ayer la voz de Carlos González resonaba en las paredes de un claustro que es lugar de silencio, recogimiento y paz. Y eso sucedía después de que por los altavoces se escuchara la banda sonora de Gladiator, anunciándonos que algo importante estaba pasando. Hace un año el acto fue mucho más modesto cuando, ciertamente, era más importante y no hubo música ni tanta parafernalia.

Y el segundo es que en política es importante no decir lo mucho que se está trabajando porque es algo que se da por sabido. Cualquier ciudadano conoce que los políticos, por el interés general y sus conciudadanos, echan el resto y se desviven las 24 horas del día. Otra cuestión distinta es que no se consiga aquello que se promete. Y este año, con el covid, al menos tenían una justificación.

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