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En el mapa de los ridículos

Tres años casi estuvo dorando la píldora el entonces alcalde del PP de Sant Joan, el dicharachero con alma de torero Manuel Aracil, con que la UCAM se instalaría en Sant Joan. Incluso hubo ceremonia religiosa con la puesta de la primera piedra en la Residencia y el desembarco de la plana mayor de la jerarquía eclesiástica, capitaneada por el obispo Jesús Murgui.

Tuvimos que escuchar durante meses que la operación nada más que traería beneficios, con la creación de puestos de trabajo, y que pondría al municipio «en el mapa». También le escuchamos despreciar y burlarse de quienes denunciaban que el pueblo salía perdiendo con una operación cuanto menos cuestionable desde el punto de vista económico. 

¿Dónde quedan ahora esos sueños de grandeza, Aracil?

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