Recientemente han sido presentados los Presupuestos del Estado para 2021. Por fin parece que España podrá tener unos Presupuestos actualizados. Recordemos que estamos funcionando con los del año 2018, cuando Montoro era ministro de Hacienda y Rajoy, presidente del Gobierno. O sea, hace una eternidad en política.
Ante la falta de mayoría suficiente para cambiarlos, se han ido prorrogando estos años. El resultado es curioso: El Ejecutivo más a la izquierda que supone el gobierno de coalición PSOE-UNIDAS PODEMOS, está gobernando con un presupuesto desfasado del PP. Si la situación no era complicada, añadámosla esta circunstancia y, encima, con una pandemia como nadie había conocido jamás, por no hablar de la insólita crispación partidista que padecemos. Tiene mucho mérito para el Gobierno aguantar en estas condiciones.
Es un Presupuesto caracterizado por la pandemia. Aumentan los recursos para los sectores y áreas más afectados por ella, así como los destinados a combatirla. Y hace una propuesta por políticas sociales que, aún con insuficiencias, supone apostar por los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Sólo por eso ya es importante tener unos Presupuestos actualizados que, además, permitirán disponer adecuadamente de los fondos europeos que España ha podido conseguir.
En el capítulo inversor, la provincia de Alicante pasará a disponer de una partida de 298 millones de euros, muy superior a los 183 que figuran en los presupuestos prorrogados de 2018. Aunque, a pesar de ello, seguimos estando financiados muy por debajo de lo que corresponde al peso de nuestra provincia en el conjunto nacional.
Y, dentro de ella, Elx sigue siendo una cenicienta. Es preocupante lo poco que pintamos en Madrid, gobierne quien gobierne, a la hora de conseguir inversiones en nuestro municipio. Es algo que nos ocurre desde hace años. A excepción de obras que ya están en marcha (mejora en la N-338, por ejemplo) no aparecen nuevos proyectos. Es el caso de los accesos ferroviarios al aeropuerto. Tantos años prometiendo soluciones, estudios, proyectos, etc. y todo sigue igual.
Lo de las cercanías Alicante-Elche-Murcia es un insulto a la ciudadanía. Todo el mundo conoce la situación tercermundista de esa línea. A pesar de unir un área importantísima de España, con un potencial tremendo y de ser muy utilizada, sigue como en el siglo XIX, con una única vía, sin electrificar, con vagones incómodos y muy contaminantes, con cuellos de botella como San Gabriel, peligrosos pasos a nivel, sin soterrarla en Altabix, etc., con el resultado de unos viajes demasiado largos y desagradables para un trayecto tan importante. Pues bien, después de recibir un tren entero de promesas de soluciones en estos años, la solución sigue en vía muerta. Nuestras cercanías siguen sin preocupar en Madrid. Sí hay, en cambio, 100 millones de euros para el AVE en la provincia. Se confirma que la inversión se destina al tren caro, vistoso y poco utilizado y no al que utilizan masivamente los trabajadores, estudiantes y la ciudadanía en general. La propia AIREF denunciaba, recientemente, esta situación al decir que el tren convencional es el utilizado por el 90% de la población y, en cambio, es el gran olvidado frente al AVE.
En el tema viario no solo no se avanza para mejorar la seguridad vial en el tramo de la A-7 entre Crevillent y Orihuela, cada vez con más tráfico, sino que lo que parece una tomadura de pelo es que para terminar la Ronda Sur se presupuesten solo 100.000 euros. De chiste. Es una circunvalación que hay que terminar y sacar tráfico de la ciudad. Es un proyecto inacabado y muy necesario. Es incomprensible que se vuelva a quedar como promesa pendiente. Tampoco hay nada para la recuperación del Vinalopó.
Es, por tanto, necesario que, en el período de debate se puedan incorporar estas mejoras. El Ayuntamiento debería insistir en ello. Así lo ha pedido también la oposición aunque, curiosamente, la propuesta actual, aún con sus insuficiencias, mejora el vigente Presupuesto de 2018 que aprobó el PP y que aún era peor para nuestra zona. Reclamar para Elx debe hacerse gobierne quien gobierne, lo contrario lo hace poco creíble.
Traer inversión a Elx no solo resolvería problemas de infraestructuras, también generaría empleo en su construcción y más calidad de vida para el municipio. Vale la pena insistir en ello.
