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Florentino Regalado Tesoro

Los informes de inspección de los edificios (IEE-ITV de los inmuebles): un brindis al sol

Vista general de Alcoy.

Es la segunda vez que salgo a la palestra con este tema, por la insistente y utópica pretensión de la Conselleria de Vivienda de solicitar un informe técnico sobre el estado de los edificios antiguos, como he leído en el diario INFORMACION sobre Alcoy, que en mi opinión, indica dos cosas: la primera es que no sabe realmente lo que está pidiendo, si quiere que dicho informe tenga una mínimo de seriedad, aceptando incluso que realmente pueda hacerse en condiciones asumibles por los propietarios; y en segundo lugar, que solo quiere con el susodicho informe, cumplir burocráticamente y políticamente un trámite, que dé la imagen que se preocupa por la problemática de los edificios antiguos que han superado teóricamente la vida útil de su existencia, y la seguridad de los ciudadanos que los habitan.

La elaboración de informes de esta naturaleza, especialmente todo lo relacionado con sus aspectos estructurales y lo relacionado con sus instalaciones, requiere un grado de especialización que pocos técnicos tienen, por mucho que sus títulos digan que sí los tienen.

Yo soy Dr. Ingeniero de Caminos, en teoría podría emitir un informe técnico sobre los betunes asfalticos, teniendo tan solo una vaga idea sobre los mismos, por la sencilla razón de que mi vida profesional no ha ido por esos derroteros, y no se me caen los anillos por reconocerlo, a diferencia del Colegio de Arquitectos que afirma sin rubor alguno que todos sus colegiados pueden elaborar informes sobre el estado de seguridad que ofrecen unas estructuras, que aun sabiendo hipotéticamente cómo hacerlos, la información que ofrecen los edificios antiguos sobre las mismas es casi siempre nula. Ya me dirán Vds. qué valor pueden tener estos informes.

Conocer el estado de seguridad de una estructura, tal y como exige el IEE de la Conselleria, requiere disponer de la geometría de la estructura (y también de la cimentación, aunque este aspecto podría obviarse en la mayoría de los casos), los materiales con los que fue construida y su resistencia, cómo se unieron las piezas entre si, efectuar cálculos inversos que permitan la obtención de las cargas que puede resistir y a partir de ellas efectuar una estimación de los coeficientes de seguridad y hasta dónde se pueden aceptar los mismos, sin que exista un criterio normado que lo indique. Todo lo anterior, sin disponer de planos de ningún tipo, requiere muchas horas de técnicos y de laboratorios, y de un tiempo que supera la optimista semana que deja caer el Colegio de Arquitectos. Y no se olvide del coste económico real que requiere este trabajo, y que dudo mucho que los propietarios estén dispuestos a pagar.

¿Y que decir de las instalaciones sanitarias y eléctricas que se encuentran ocultas? ¿Qué secciones útiles quedan en las tuberías, afectadas por las incrustaciones de cal y todas las porquerías que el respetable vierte en ellas incívicamente? ¿Que estimación puede hacerse de su validez si no pueden verse? Etcétera, etcétera.

Seamos serios, si realmente quieren hacerse estos informes con el debido rigor, hágase seriamente y si no, limítense a pedir un informe sobre el aspecto visible de los edificios sin más , en donde se pondrá de manifiesto la sabiduría del médico general (que por lo que se ve ya han dejado de existir) y no del especialista, con el riesgo de dejar el posible infarto o cáncer sin diagnosticar, al no poderse disponer de un electrocardiograma o el tac ese que parece detectar todos los tumores, pero no exijan seguridades para los ocupantes en estos informes que firman los técnicos por unas miserias, que en modo alguno pueden proporcionar.  

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