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Antonio Sempere

Entrevistas mínimas

Página 2

Las entrevistas de Página 2 estarían muy bien, si no fuese por que duran bastante menos que cualquiera de las pausas del Sálvame. Los editores del programa de libros han querido darle un toque tan modernos que van troceando las secciones, corte aquí y corte allá, de manera que el resultado es una modernez muy amanerada en la que, si te descuidas, apenas ves al entrevistado semanal. Menos mal que éste ya se cuida, en connivencia con el presentador, en situar un par de cargas de profundidad a lo largo de la conversación, para que calen a modo de mensaje en el espectador, que si no está muy atento a la jugada puede ver cómo el programa se le escapa crudo ante su mirada. Es triste que para cumplir 515 entregas haya que jugar de esta manera con la liviandad. O eres blando o no eres.

La entrega con Andrés Trapiello, como se esperó de ella, contuvo esas cargas de profundidad. Tanto Óscar López como el escritor sabían que el ensayo sobre Madrid que tenían entre manos daba para mucho. En un momento dado del encuentro entre ambos se trasladaron a una de esos miradores fetiche de la capital, desde donde Trapiello afirmó, señalando a la Almudena, cómo incluso los edificios más horrorosos del mundo, pasados tres siglos, son asimilados por la comunidad, y engrosan el patrimonio de la ciudad sin desentonar demasiado en su perfil. Madrid es mucho Madrid, y vale, pero yo me acordé enseguida de Alicante, y me pareció más discutible. Ni 300 años salvarán los desmanes del Meliá o el Gran Sol, aunque sólo pasados 40 años haya quienes ya lo disculpen por los murales de Baeza. Pero estábamos con Pagina 2, que sería una maravilla si sus entrevistas durasen un poco más que las pausas de Sálvame.

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